Kaya Scodelario: “El cine necesita volver a contar buenas historias”

La actriz británica cuenta su experiencia en Maze Runner: la cura mortal, tercera entrega de la saga dirigida por Wes Ball. La película ya está en cartelera.

Tu personaje, Teresa, tiene grandes retos en esta entrega de Maze Runner, ¿cuán duro fue el desafío actoral en este filme?

La única razón por la cual me involucré en esta historia es porque sabía que Teresa tenía un arco argumental bastante sólido, siempre hacia arriba. Es muy difícil encontrar personajes femeninos con tal complejidad y protagonismo hoy en día. En esta entrega, Teresa quiere redimirse, darle sentido a las decisiones que tomó, no solo para con Thomas (Dylan O’Brien), sino también con ella misma.

¿Encontraste mucha empatía con la forma de pensar y actuar de Teresa?

Sin lugar a dudas. En serio, la entendí de inmediato. Me pareció admirable que siempre se mantenga aferrada a su ideología, y que lo haga por un fin mayor. Hacen falta más personajes así, ¿no crees? Recuerdo haberla protegido mucho luego de la segunda película, cuando todos en redes sociales la llamaban ‘traicionera’. Admiro que haya elegido hacer lo que consideró que era lo correcto.

Ella tiene un vínculo muy fuerte con Thomas, pero no es la relación romántica estándar…

Me encanta eso. Desde el inicio fue interesante saber que iba a interpretar un protagónico junto a una persona del sexo opuesto y que nunca se iba a convertir en algo sexual.

¿Tienen cosas más importantes en sus mentes?

Como mantenernos vivos, por ejemplo (risas). Me llegué a preguntar ‘¿En serio? ¿Serían capaces de detenerse y decirse ‘oh, qué guapo o guapa estás’?’. El mundo se está acabando.

En anteriores entrevistas has alabado la diversidad del reparto, ¿qué significa eso para ti?

Vivimos en un mundo diverso, y la gente quiere ir a ver películas en las que pueda sentirse identificada con los personajes. El cine necesita volver a contar buenas historias y no perderse en lo estético, o en lo que supuestamente dará más dinero a una producción. Las historias más interesantes no necesariamente son de hombres blancos heterosexuales.

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