Salud

’Fatiga para exprimir tu entrenamiento’, por Vanna Pedraglio

“Al alcanzar la fatiga logras la hipertrofia funcional, que desarrolla masa muscular y aumenta el consumo de calorías”.

Vanna Pedraglio

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Head coach en Vanna

Instagram: vannaped y sistema_vanna / Web: www.vanna.pe

Muchas veces terminamos una rutina o sesión de entrenamiento con la sensación de que podíamos haber entregado más. Esa insatisfacción nos puede generar un cierto malestar, ya que no hay nada mejor que sentirse totalmente exhausto -que en lenguaje de training equivale a satisfecho- después de entrenar.

Para lograrlo, es recomendable introducir varios ejercicios al finalizar tu rutina para asegurarte un punto de quiebre o esfuerzo máximo. Una buena forma de hacerlo es trabajar los llamados ‘finalizadores’ de entrenamiento o ‘empujón final’. Estos forman parte de un circuito metabólico (o técnica avanzada) donde se deben realizar varios ejercicios sin carga externa, complejos o de potencia de cuerpo completo y a altas velocidades. Todo esto con la finalidad de exigirte al máximo y así obtener mejores resultados.

Un típico finalizador incluye sentadillas con saltos, estocadas alternas con saltos o saltos verticales y largos. Realiza el máximo número de repeticiones de cada ejercicio sin parar por un periodo de 5 a 10 minutos. Así comprometemos la resistencia a la fatiga de las piernas. Las sentirás al final completamente agotadas y habrás logrado alcanzar la fatiga.

También puedes realizar una rutina de tren superior, terminando con 4 o 5 ejercicios como planchas, barras, abdominales crunch, escaladores y burpees. Al alcanzar la fatiga al final de tu sesión logras la hipertrofia funcional o de movimiento.

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Estas rutinas de finalizadores después de cada sesión te ayudarán a desarrollar masa muscular, lo que da resistencia a la fatiga a largo plazo. Al mismo tiempo, te ayudará a aumentar el consumo de calorías, sacando provecho a un fenómeno fisiológico llamado consumo de oxígeno postejercicio (EPOC, por sus siglas en inglés).

Funciona porque en la actividad física intensa utilizarás todas o gran parte de las reservas de energía del músculo, así como una alta exigencia a nivel hormonal y cardiovascular. En palabras simples, sacarás a tu cuerpo de su equilibrio, por lo que en el postentrenamiento deberás favorecer la homeostasis, que es la recuperación del equilibrio. Al haber usado gran cantidad de energía, deberás hidratarte y consumir calorías. Así te adaptarás y lograrás ser más fuerte en cada sesión.

Además de estos beneficios físicos y metabólicos, también lograremos beneficios psicológicos. Este tipo de rutinas te permitirá ganar confianza para comprender que tu cuerpo puede trabajar de manera dura e intensa, lo que te servirá para aceptar nuevos retos.

Eso sí, para que las rutinas de ejercicios finalizadores funcionen, deben estar vinculadas a un programa de entrenamiento principal. Pregúntate primero cuánto tiempo llevas haciendo ejercicio y si eres constante.

Recuerda que en la progresión está el éxito.

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