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Vanna PedraglioHead coach en VannaInstagram: vannaped y sistema_vannaWeb: www.vanna.pe
Mejorar tu condición física aumentará tu rendimiento durante el ejercicio, además de tu fuerza y energía. Eso se traducirá en que tu cuerpo, desde el lado cardiovascular, te permitirá realizar ejercicio físico a una intensidad moderada o alta durante períodos más prolongados. Es decir, podrás disfrutar de tu disciplina preferida por más tiempo. En segundo lugar, entrenar la fuerza, con el uso de resistencia externa, te dará músculos más desarrollados, un cuerpo saludable y un corazón más fuerte y sano.
Normalmente, se puede pensar que la mejor opción para mejorar tu condición física es concentrarte en tu deporte o correr, pero existen multitud de opciones para trabajar esta capacidad.
Primero, la gran pregunta: ¿qué es mejor, correr o caminar? La respuesta: depende. La idea general es que siempre busques la mejor forma de exigirte. Esto se mide con el grado de esfuerzo que sientas, que debe ser retador, que se acelere tu pulso cardiaco, ya sea caminando rápido o corriendo. Este tipo de trabajo cardiovascular te ayudará a quemar grasa y calorías extras, ejercitará tu corazón y la eficiencia pulmonar para adquirir oxígeno para abastecer tus músculos. Tanto si caminas como si corres, alterna períodos más intensos (entrenamiento de intervalos), ya que aumentarán tu capacidad aeróbica y anaeróbica. Durante dos a cuatro minutos, exígete a una velocidad mayor, sea caminando o corriendo. Repite esa secuencia de seis a ocho veces y haz esta rutina por varias semanas. Con el tiempo podrás ir reduciendo los tiempos de recuperación, asegurándote que tu cuerpo esté listo para ir aumentando la intensidad de los intervalos a un ritmo cada vez más acelerado.
Otra manera muy efectiva de mejorar la condición física es el entrenamiento de movimiento con peso libre o resistencia externa con movimientos complejos. Se trata de un entrenamiento bastante completo de rutinas atléticas que ayudan a fortalecer no solo tu capacidad de resistencia respiratoria, sino también la muscular. Mejoran la fuerza, el equilibrio, la velocidad de reacción, la agilidad y la potencia. Fortalecerás todos los músculos del cuerpo, ya que un buen sistema de entrenamiento complementa ejercicios aeróbicos con trabajos más localizados de fuerza básica, con cargas y ejercicios funcionales. Estas rutinas deben ser completas, con un buen calentamiento al inicio, seguido de una sesión principal de 20 a 30 minutos de desarrollo casi sin descanso. Se finaliza con una vuelta a la calma o enfriamiento con estiramientos pasivos. Busca un tipo de entrenamiento que se complemente con la intensidad que buscas. Debe ser siempre progresivo para lograr mejores adaptaciones en el tiempo. Y trata de que sea supervisado por un entrenador certificado.
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Hay otras dos alternativas que puedes hacer solo y son muy buenas: subir escaleras o saltar la soga. La primera va dentro de tu rutina de running así como en tu día a día; olvídate del ascensor. Saltar la soga es un ejercicio que combina un excelente trabajo cardiovascular con el desarrollo de coordinación y agilidad. Si nunca has saltado soga puede que tardes un poco en acostumbrarte a la técnica; empieza despacio y con 100 saltos diarios y sigue con esta progresión hasta llegar a mil. Te reto a lograrlo. Por último, si te gusta el gimnasio, puedes hacer un circuito entre seis y ocho máquinas con un peso exigente y terminar en la faja corriendo por cinco minutos a alta velocidad. Puedes repetirlo durante un tiempo determinado o ir aumentando el número de vueltas cada una o dos semanas.
En conclusión, hay muchísimas maneras de lograr mejorar tu resistencia. Lo único que tienes que hacer es fijarte un desafío, divertirte en el proceso y, sobre todo, mantenerte siempre activo.
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