Aunque ampliamente conocidos por sus diversos beneficios para la salud, ciertas cualidades de los probióticos aún no son bien comprendidas. Esto ocasiona que miles de consumidores no puedan aprovechar al máximo lo que pueden hacer por su bienestar o que se les otorgue atributos que no tienen que ver con ellos.
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Al respecto, médicos gastroenterólogos como el Dr. Héctor Velarde, señalan que “muchas de las ideas erróneas que se tienen parten de no saber qué es un probiótico o cómo actúan dentro del organismo”. A fin de permitir a más personas obtener los beneficios que los probióticos brindan, este especialista ofrece respuesta a algunas de las afirmaciones más populares que circulan sobre ellos:
‘Los probióticos sólo se consiguen en el Yogurt’
FALSO
El yogurt es una fuente de probióticos, pero no la única. Podemos hallarlos en el queso, en alimentos fermentados como los pepinillos encurtidos y en medicamentos de consumo oral. La última alternativa, en particular, es la que mejores resultados ofrece sobre todo en los pacientes muy sintomáticos, dependiendo del tipo de bacteria que contenga y de los estándares de calidad bajo los que se produzca.
‘Son buenos para prevenir o tratar enfermedades’
VERDADERO
Los probióticos pueden ayudar a prevenir o tratar enfermedades como la diarrea cuando llegan vivos y en la cantidad adecuada al intestino. De hecho, son una alternativa para contrarrestar algunos de los efectos secundarios del tratamiento con antibióticos. En particular, complementan la terapia contra la diarrea prescrita por el médico, junto con las sales de rehidratación oral y el zinc.
‘Todos los yogures con probióticos tienen efectos positivos sobre la salud’
FALSO
El yogurt, pese a que cuenta con probióticos, contiene una cantidad insuficiente para colonizar el intestino, actuar significativamente sobre la microbiota intestinal y beneficiar la salud. Además, estos organismos deben estar vivos al ser ingeridos y sobrevivir al ambiente hostil del aparato digestivo para hacer efecto. Solo ciertos probióticos, como Bacillus clausii, disponibles en farmacias, son estables frente al ácido gástrico y vienen en la cantidad necesaria para beneficiar a quien los recibe.
‘Todos los probióticos son iguales’
FALSO
El mercado cuenta con varios probióticos cuya eficacia y seguridad varían dependiendo de las cepas que contenga, de los estándares bajo los cuales se produzcan y de la recomendación de los médicos. Por ejemplo, un probiótico de Bacillus Clausii recomendado por un especialista es capaz de recuperar las bacterias buenas y reducir las perjudiciales para la salud. Esto lo hace efectivo contra la diarrea infantil aguda, reduciendo su duración y el número de deposiciones.
‘Pueden ser administrados sin receta médica’
VERDADERO
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La ingesta de probióticos, directamente de las presentaciones individuales o añadidos en alimentos, es seguro. Sin embargo, su eficacia está condicionada a la cantidad y características del tipo administrado. Asimismo, es necesario el respaldo de un médico para conocer la mejor opción del mercado y aquel que contribuirá con el tratamiento.
‘Aportan nutrientes a quienes los consumen’
FALSO
Los probióticos son microorganismos vivos, no vitaminas ni ningún tipo de nutriente. Son aliados de la nutrición: al actuar sobre el equilibrio y el balance de la microbiota intestinal, favorecen el procesamiento y la absorción de nutrientes. Una microbiota sana es el ambiente más propicio para la asimilación de vitaminas, minerales o macronutrientes como las proteínas.
Finalmente, el Dr. Velarde reitera que, para ser considerado beneficioso, un probiótico debe contar con soporte científico de respaldo y una presentación de fácil consumo, especialmente para el caso de niños. En tal sentido, subraya, ‘la asesoría de un especialista es fundamental para definir qué probiótico se adapta a cada necesidad y cuáles cuentan con estudios que avalan su eficacia’.
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