Cheryl, una mujer de Frankston (Australia), encontró una serpiente venenosa de un metro de largo enroscada en su árbol navideño. Enseguida pidió ayuda para retirar la serpiente tigre de su casa en un barrio de Melbourne, en el sur del país.
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Barry Goldsmith, el cazador de ofidios que atrapó al animal, dijo que el reptil entró por una puerta que estaba abierta antes de situarse cómodamente entre las decoraciones.
“Era una serpiente tigre. Son muy mortales, pero solo si les haces daño”, explicó el cazador. Este tipo de serpiente se encuentran en zonas costeras de Australia.
La serpiente fue liberada de nuevo a la naturaleza. La especie está protegida en la mayoría de los estados australianos. Goldsmith admitió estar acostumbrado a encontrar serpientes en sitios inusuales.