La inocencia de un niño conmueve al corazón más duro; incluso cuando se trata de viejas tradiciones. En Nepal, un pequeño llamado Adrián hizo todo lo posible para salvar a una cabra que iba a ser sacrificada en un rito religioso.
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Las imágenes, difundidas en Facebook, muestran a Adrián abrazando al animal y llorando desesperadamente tras conocer el destino del animal, con la que se había puesto a jugar en los escalones del templo Gadhimai, cerca de la frontera con la India.
Según los familiares, era la primera vez que Adrián asiste al templo y se encariñó con la cabra tras haberla encontrado casualmente. Cuando los adultos le pidieron al niño que se aleje del animal, Adrián se negó hasta las lágrimas para protegerlo.
La sensibilidad del niño hizo posible que la cabra se salve de ser sacrificada en un ritual que acaba con la vida de más de cinco mil animales entre cabras, gallinas, palomas, cerdos, ratas y búfalos.