MADRID, 06 (EUROPA PRESS)
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La esteatohepatitis no alcohólica (NASH por sus siglas en inglés) es una variante de la enfermedad del hígado graso no alcohólico en la que las células hepáticas quedan dañadas debido a la inflamación del hígado, lo que deriva, en un porcentaje de las personas que lo padecen, en fibrosis o cirrosis irreversible.
Muchos de estos pacientes manifiestan otras patologías asociadas, como son la obesidad o la diabetes tipo 2. De hecho, el 49 por ciento de los pacientes padece diabetes tipo 2; el 81,1 por ciento, obesidad; el 70,7 por ciento, síndrome metabólico y el 57,3 por ciento, hipertensión, según se recoge en el informe.
En España, el 25 por ciento de la población mayor de 15 años presenta NASH, distribuida según género en un 42 por ciento en hombres y un 58 por ciento en mujeres, y siendo la mayoría de los pacientes de edades comprendidas entre los 40 y los 60 años. Además, se espera un aumento significativo de la prevalencia en España y en el mundo, debido al crecimiento de las comorbilidades asociadas, tales como la diabetes, la obesidad, la dislipemia y otras enfermedades.
Según los expertos, el infradiagnóstico se debe a que la NASH es una enfermedad "silente". De hecho, hasta entre un 1 y un 2 por ciento de la población tiene enfermedad hepática avanzada oculta, es decir, asintomática, y no lo sabe. "Por eso, la mayoría de nosotros queremos promover que haya un diagnóstico precoz de estos pacientes que ya están enfermos y que están siendo vistos por otras enfermedades, como la diabetes, y tienen también un problema hepático", ha explicado el doctor Javier Crespo García, jefe de Servicio de Digestivo del Hospital Marqués de Valdecilla de Santander.
Según ha explicado el especialista, el espectro de esta enfermedad tiene tres partes. "Primero, un inicio en que hay enfermedad hepática leve que se llama esteatosis hepática, esto es, una acumulación de grasa en el hígado y donde hay que implementar todas las medidas educativas y de salud pública, porque ahí está el origen de la enfermedad y de la diabetes", ha introducido.
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Después, esta enfermedad progresa en el 10 o el 20 por ciento de los pacientes. "En esta fase, la herramienta es cribar a estas personas a través de un análisis muy sencillo en Atención Primaria (AP). Una vez hemos definido a las personas que tienen una enfermedad hepática significativa, estas pasan a estar bajo nuestras manos", comenta el experto, que aclara que las medidas de salud generales, como los hábitos de vida saludables, pueden tener "algún valor" en ciertos pacientes en esta etapa; "si bien en otro grupo de pacientes ya va a ser tarde y no van a servir para nada".
NINGÚN TRATAMIENTO EFECTIVO
Actualmente, no existe ningún tratamiento farmacológico efectivo para revertir la NASH, sino que se limita a cambios en el estilo de vida y dieta y fármacos de soporte. El principal objetivo es lograr una pérdida gradual entre el 5 y el 10 por ciento del peso corporal total, sostenida a largo plazo a través de hábitos alimenticios saludables, consumo de alcohol limitado y actividad física. Con todo, hay un total de 50 compañías investigando fármacos para fases avanzadas de la enfermedad y se espera que los primeros aparezcan en los próximos 5-10 años.
Por su parte, el director de la Unidad de Gestión Clínica de Aparato Digestivo de los Hospitales Virgen Macarena y Virgen del Rocío de Sevilla, Manuel Romero Gómez, ha advertido de una falta de concienciación y de educación sobre la enfermedad, también por parte de los sanitarios. "Cuando un diabético está siendo cuidado por sus médicos, tanto de AP como especialistas, no piensan en el hígado como un problema de salud, y un 1 o 2 por ciento de los pacientes que se ven en AP tienen una enfermedad hepática que pasa desapercibida", ha insistido.
Según el jefe de Servicio de Gastroenterología y Hepatología en el Hospital Universitario Puerta del Hierro (Madrid), José Luis Calleja, la mortalidad por enfermedad hepática "va subiendo". "Cada vez afecta a gente más joven, y lo que necesitamos es que haya una conciencia social y de profesionales", ha alertado.
"La diabetes en España, que afecta al 10 por ciento de la población, es una enfermedad que está en manos de los médicos de AP, que han aprendido a llevar muy bien a los pacientes con diabetes. Ahora, queremos que incluyan al hígado en ese foco, porque sabemos que el hígado es un órgano diana de la diabetes", ha detallado Calleja, para insistir en la necesidad de que todos los pacientes sean evaluados de forma sistemática. Es decir, si hay más de cinco millones de diabéticos en España, hay cinco millones de personas con riesgo de enfermedad hepática.
LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN
Según Calleja, la mayoría de estos pacientes cumple el mismo patrón, a saber, "no seguir un estilo de vida saludable". De hecho, una dieta mediterránea basada en el aceite de oliva es capaz de prevenir la progresión de la enfermedad hacia la fibrosis o cirrosis irreversible.
"Sin embargo, nuestro Sistema Nacional de Salud está muy pensado para intervenciones quirúrgicas y muy poco para este tipo de intervenciones preventivas. Hace falta un impulso político, que las autoridades entiendan que lo más rentable es prevenir", ha remachado. A su juicio, "no puede ser que no exista una política general de promoción de los hábitos de vida saludables desde el punto de vista fiscal", por lo que ha defendido la reducción de los precios de las verduras, las frutas y los alimentos propios de la dieta mediterránea.
El doctor Romero ha apoyado este argumento, ya que se ha observado una respuesta "espectacular" en la NASH con el cambio de estilo de vida. "Si un paciente cambia de estilo de vida, deja de comer lo que no debe y apuesta por una dieta mediterránea, reduciendo el tamaño de la ración en cada comida, hace ejercicio físico y pierde un 10 por ciento del peso corporal, tiene un 80 por ciento de posibilidad de mejorar la fibrosis un estadio, la esteatohepatitis desaparece en el 90 por ciento de los casos y también de disipa la grasa que marca la enfermedad en el 100 por ciento de los casos", ha detallado Romero.
Así, la doctora Rocío Aller de la Fuente, especialista en Aparato Digestivo del Hospital Clínico de Valladolid, aboga por personalizar los tratamientos de estas personas a través de equipos multidisciplinares. "No se puede cambiar drásticamente el estilo de vida, es un tratamiento de fondo porque hay que mantenerlo y, para ello, el paciente necesita ser atendido por varios especialistas, incluyendo a nutricionistas", ha esgrimido. "Todo ello lo podemos hacer si les identificamos", ha repetido la especialista, en referencia a la falta de un diagnóstico precoz.
Finalmente, el Senior Advisor Sector Salud de EY, Jaime del Barrio, ha destacado que la NASH es "una enfermedad callada de la que empieza a haber evidencia del grado de prevalencia en este momento". "Aunque no hay un tratamiento farmacológico, a corto plazo contamos con medidas como el estilo de vida saludable. Pero, sobre todo, si no se habla de ello y no se pone en el pensamiento de los profesionales sanitarios, indudablemente no se va a diagnosticar, con las implicaciones económicas, sociales, colectivas y médicas que ello conlleva", ha resumido Del Barrio, para concluir que, por todo ello, "era el momento oportuno para la redacción del informe".