BEIRUT (AP) — Siria podría enfrentar peligrosos brotes de enfermedades tras el devastador terremoto de la semana pasada si cientos de miles de personas desplazadas no obtienen pronto una vivienda permanente, dijo el jueves el jefe mundial de la Cruz Roja, mientras los sirios luchan por recibir ayuda humanitaria en medio de la creciente crisis.
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Jagan Chapagain, secretario general de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), dijo que las familias que se alojan en refugios improvisados sin calefacción adecuada necesitan una vivienda permanente con urgencia.
“Siguen viviendo en condiciones muy básicas en aulas escolares muy, muy frías”, dijo a The Associated Press en una entrevista. “Si esto continúa durante un largo período de tiempo, habrá consecuencias para la salud”.
El mortal terremoto de magnitud 7,8 que sacudió Turquía y Siria hace más de una semana destrozó partes del país devastado por la guerra, tanto en el enclave rebelde del noroeste como en las áreas cercanas controladas por el gobierno. Se estima que 3.688 personas murieron en Siria, unas 1.400 de ellas en ciudades controladas por el gobierno.
Vecindarios enteros de Alepo han sido abandonados, agregó Chapagain, y algunos residentes optaron por mudarse a áreas rurales después del terremoto. Muchos sirios fueron desplazados por segunda vez después del desastre natural, y ya abandonaron sus hogares para escapar de los ataques aéreos y los bombardeos.
La ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, estimó que 5,3 millones de sirios en todo el país afectado por el terremoto podrían quedarse sin hogar si no se asegura un refugio y ayuda viables.
A largo plazo, Chapagain dijo que la reconstrucción de la infraestructura de Siria, ya paralizada por la guerra, debería ser una prioridad. Sin embargo, la guerra civil y la crisis económica hacen que una rápida recuperación posterior al terremoto sea más complicada.