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AP EXPLICA: Elecciones trastocan el tablero político Ecuador

El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, en el centro, y su esposa María de Lourdes Alcívar, a la izquierda, a la salida del Consejo Nacional Electoral después de la ceremonia de inicio de la jornada electoral por los comicios de medio periodo y la c AP (Dolores Ochoa/AP)

QUITO (AP) — Las elecciones de autoridades seccionales de medio período generaron un remezón en el tablero político en Ecuador para el gobierno y devuelven poderío a la izquierda apadrinada por el expresidente Rafael Correa con miras a la elección presidencial de 2025.

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El gobierno conservador de Guillermo Lasso admite su derrota en el referéndum sobre temas de seguridad con el que buscaba medir el respaldo ciudadano, tras imponerse el “no” en las ocho preguntas. incluidas las planteadas para combatir al narcotráfico y el crimen organizado.

Ecuador tuvo en 2022 cifras récord de asesinatos, con 4.539 muertes violentas -más del doble que en 2021-, y la inseguridad es la principal preocupación de los ecuatorianos.

A continuación, AP explica las implicaciones de la derrota electoral del oficialismo en unos comicios locales de medio periodo.

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¿QUÉ SUCEDIÓ EL DOMINGO ELECTORAL?

Alrededor de 13,4 millones de ecuatorianos votaron el domingo para elegir autoridades locales como alcaldes y prefectos (gobernadores), entre otras autoridades, cuando faltan cuatro meses para que el gobierno del presidente derechista Guillermo Lasso cumpla dos años de gestión.

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Al mismo tiempo, el mandatario sometió a consulta popular ocho preguntas relacionadas principalmente con temas de seguridad, lucha contra las mafias, reformas constitucionales y conservación ecológica. El referéndum se planteaba como una suerte de reválida para medir el respaldo ciudadano con el que aún contaba el gobierno.

Los ecuatorianos se pronunciaron mayoritariamente en contra en todas las preguntas, pese a que la inseguridad es su principal preocupación, por encima del desempleo y la corrupción.

La oposición de izquierdas, que sigue apadrinada en la distancia por el expresidente Rafael Correa (2007-12017) -condenado por cohecho y sin posibilidad de presentarse a nuevas elecciones-, auspiciaba el “no” a la consulta popular.

Aunque el conteo de los sufragios está aún incompleto, se acerca casi al 100% y ha devuelto al movimiento Revolución Ciudadana -las nuevas siglas de los candidatos afines a Correa-y a Pachakutik, el brazo político del colectivo indígena, el poderío de la década anterior.

Salieron fortalecidos en las urnas y cosecharon triunfos en importantes bastiones, como Quito y Guayaquil, así como en la zona de la sierra andina del centro del país.

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¿POR QUÉ UNOS COMICIOS LOCALES TRASTOCAN EL PANORAMA NACIONAL?

Los candidatos de la Revolución Ciudadana Pabel Muñoz y Aquiles Álvarez ganaron las alcaldías de Quito y Guayaquil, respectivamente. En la municipalidad guayaquileña, considerada hasta ahora bastión inamovible y principal plaza del derechista Partido Socialcristiano, venció la izquierda por primera vez en 31 años. También en la provincia de Guayas, de la que es capital Guayaquil, la principal ciudad económica del país.

En la provincia de Pichincha, cuya capital es Quito, Paola Pabón salió reelegida para la prefectura (gobernación); Marcela Aguiñaga se impuso en Guayas y Leonardo Orlando en la de Manabí, que figuran entre las más de más votación y las importantes en el país. Los tres políticos fueron parte del núcleo duro de Alianza PAIS cuando Correa gobernó en Ecuador por diez años. En estas elecciones se presentaron por Revolución Ciudadana, tras una renovación interna del partido y de sus siglas.

En la sierra centro andina, el también partido opositor Pachakutik, de los indígenas, ha cosechado tres prefecturas y varias alcaldías. El movimiento indígena arrinconó al gobierno por tres semanas en junio pasado con violentas protestas en contra de la subida del precio de la gasolina a raíz del encarecimiento internacional del petróleo.

Legisladores de ambos partidos lideran una mayoría opositora frente al bloque oficialista en la Asamblea, donde recurrentemente han bloqueado casi todos los principales proyectos de gobierno del ejecutivo, reduciendo a espacios mínimos de gestión. La confrontación entre el Parlamento y el presidente Lasso se ha manifestado en casi dos años de administración con un intento de destitución al mandatario y la permanente amenaza de éste de activar la muerte cruzada para destituir a todos los legisladores y anticipar nuevas elecciones.

Junto a los resultados municipales y provinciales, el rechazo mayoritario a la consulta popular, provocó un duro mensaje para el régimen.

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¿CÓMO DEBILITAN LOS RESULTADOS AL PRESIDENTE LASSO?

La noche del lunes, Lasso asumió públicamente la derrota e interpretó que tales resultados expresan lo que los ciudadanos anhelan: un país mejor con más seguridad, mejor educación y salud, más trabajo, mejores empleos y salarios. “Lo que ocurrió el domingo fue un llamado (de atención) del pueblo al gobierno y no vamos a eludir esa responsabilidad”, se pronunció en un mensaje televisado.

Su respuesta ante el revés electoral fue convocar a un gran acuerdo nacional en beneficio del país. No se han comunicado hasta el momento cambios internos en el gabinete.

La lectura que ha calado en la sociedad sobre el “no” a la consulta es que se trata de un rechazo de la población especialmente a la política fiscal del gobierno, que ha priorizado estabilizar las cuentas públicas nacionales que la inversión pública o la generación de empleo. Bajó de más de 7.000 millones de dólares de déficit fiscal a alrededor de 3.000 millones.

En lo político, la derrota electoral reduce aún más la capacidad de maniobra política de Lasso a la hora de generar alianzas o de buscar apoyo para sus proyectos con la oposición, que sale fortalecida y que ya ostentaba la mayoría en el Legislativo.

La ruptura al inicio de la legislatura con el movimiento que le acompañó en la carrera presidencial, el Partido Socialcristiano, se acentuó con el resultado de las elecciones locales. Los socialcristianos han achacado su derrota en los bastiones hasta ahora inexpugnables de Guayaquil y Guayas a haber pactado con Lasso y a la posterior “traición” de éste.

Ese grupo señaló en un comunicado que no será parte de ningún acuerdo nacional porque lo que hace el gobierno “termina afectando los intereses del pueblo ecuatoriano” y porque el presidente “no tiene palabra”.

Algunas voces en el Parlamento han pedido un adelanto de elecciones, entre ellas Ferdinan Álvarez, de UNES (siglas con las que participaron en las últimas presidenciales los candidatos de la ahora Revolución Ciudadana), quien dijo que eso debería darse “por salud mental y por el bienestar de los ecuatorianos".

Su líder histórico, Rafael Correa, apuntó también a un adelanto electoral. “Un gran acuerdo nacional pasa por adelantar las elecciones”, publicó en Twitter el exmandatario que ha participado en la campaña electoral desde México, al tener una condena que le impide regresar a Ecuador a riesgo de ser detenido.

Salvador Quishpe, de Pachakutik, interpeló al presidente para que renuncie, "o se hace a un ladito, pide permiso y se va por la sombrita; o por lo menos debe mostrar un giro”.

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¿CÓMO INFLUYE EN EL PANORAMA ELECTORAL DE CARA A 2025? Aunque los resultados de los candidatos de Revolución Ciudadana o de Pachakutik no han sido arrolladores y se han mantenido en un apoyo ciudadano alrededor del 40% o menos, el panorama electoral avizora un giro hacia la izquierda en el país con miras a las presidenciales de 2025.

Pachakutik cosechó un nuevo impulso electoral tras las violentas protestas indígenas que por casi tres semanas paralizaron el país en junio pasado en demanda de la reducción de los precios de la gasolina. Las movilizaciones terminaron luego de forzar al gobierno a sentarse a mesas de negociaciones que no terminaron de contentar a las bases indígenas por falta de resultados concretos. El movimiento ha vuelto a amenazar con salir a las calles en varias ocasiones.

En Ecuador, los analistas suelen atribuir a las provincias de Guayas, Pichincha y Manabí un protagonismo que, en términos electorales, determina hacia dónde se inclina la votación presidencial. En las tres, la oposición de izquierdas ha sido victoriosa en el llamado a las urnas del pasado domingo.

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