ACAMPO, California, EE.UU. (AP) — Al despertar el domingo, Kyle Starks se percató de que había una inundación que llegaba hasta la puerta de su Jeep luego de que otra fuerte tormenta azotó a California. Los rescatistas se presentaron con botes para poner a salvo a Starks y a otros residentes de su parque para casas rodantes en la localidad de Acampo.
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Más allá de la destrucción física, la tormenta podría tener un impacto financiero: Starks no tiene seguro contra inundaciones.
“No pensé que se inundaría tanto”, explicó desde un centro para evacuados, preocupado de que el agua dañara el cableado y el equipo de aire acondicionado.
En California, sólo unos 230.000 hogares y otras construcciones cuentan con pólizas de seguro contra inundaciones, que son independientes del seguro de vivienda. Eso significa que solamente alrededor del 2% de las propiedades están cubiertas ante inundaciones. El gobierno federal es el asegurador de la mayor parte de ellas, aproximadamente 191.000 hasta diciembre. Las aseguradoras privadas emitieron el resto, según los datos estatales más recientes de 2021.
En California cayeron 145.474.880 metros cúbicos (32 billones de galones) de lluvia y nieve desde la Navidad. El agua se llevó carreteras, interrumpió el suministro eléctrico y generó deslaves al empapar las colinas carbonizadas por los incendios forestales. Causó daños en 41 de los 58 condados del estado. Al menos 21 personas han muerto.
Se necesita un estudio específico para conocer el papel del cambio climático en cierto tipo de clima, pero un aire más cálido significa que las tormentas que inundaron California en las últimas semanas pueden traer más agua consigo.
A pesar de ello, la sequía en el estado ha embotado el sentido de riesgo de la gente ante posibles inundaciones. Las personas suelen comprar un seguro después de los desastres, cuando se actúa por una reacción emocional, dijo Amy Bach, directora ejecutiva del grupo de consumidores de seguros United Policyholders.
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“La gente piensa que las únicas personas que necesitan un seguro contra inundaciones son las que viven justo en la playa o en las márgenes de un río que tiene un historial de inundaciones”, agregó Bach. En realidad, mucha más gente se ve amenazada por torrentes de agua o crecidas.
Cuando una persona compra una casa, un documento clave son los mapas oficiales de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), que indican si se encuentra en una zona de alto riesgo de inundación. Si es así, y tiene una hipoteca respaldada por el gobierno federal, se le exige comprar un seguro contra inundaciones que cuesta 950 dólares al año en promedio. Muchos bancos también lo requieren.
Sin embargo, los mapas de la FEMA son limitados y sólo toman en cuenta ciertos tipos de inundaciones; en realidad, no pronostican el riesgo de que ocurran. Las inundaciones causadas por lluvias fuertes que obstruyen los desagües pluviales no son tomadas en cuenta, por ejemplo. Esas limitaciones significan que el riesgo de inundación está subestimado a nivel nacional. Los mapas minimizan particularmente la posibilidad de un desastre en California, según Matthew Eby, director ejecutivo de First Street Foundation, una organización de análisis de riesgos.
Los mapas de la FEMA no muestran que la casa móvil de Stark esté en un área de alto riesgo. Y tres años antes de que su vecino Juan Reyes comprara su casa, una serie de tormentas arrojaron cantidades récord de lluvia en el estado e inundaron su vecindario.
Reyes lo sabía, pero aun así no compró un seguro contra inundaciones. Era demasiado caro, dijo, y no era obligatorio. Además, pensó que los funcionarios locales habían mejorado el sistema de drenaje pluvial para que no volviera a ocurrir una inundación similar. Pero sí sucedió y Reyes también tuvo que ser rescatado en bote. Está quedándose en el mismo centro de evacuación, esperanzado de que su casa no esté demasiado dañada.
Las tormentas dañaron tanto varios miles de hogares que deberán repararse antes de que la gente pueda habitarlos nuevamente. Pero Nicholas Pinter, profesor de la Universidad de California, campus Davis, que investiga cuencas hidrográficas, dijo que California necesita estar preparada para eventos aún más graves, y eso requiere mucha mayor inversión en defensas contra inundaciones y más conciencia de su peligro.
“Es preocupante que hubiera tanto daño como lo hubo por lo que fueron inundaciones extremas, pero no catastróficas”, señaló.
Los funcionarios estatales dijeron que, incluso sin cobertura contra inundaciones, intentan ayudar a las personas a presentar reclamaciones ante las aseguradoras. Por ejemplo, a veces los automóviles inundados están cubiertos por las pólizas de seguro para coches.
Otra persona que intenta dilucidar cómo recuperarse es David Enero, en Merced, una comunidad de aproximadamente 90.000 habitantes en el Valle Central de California que se inundó gravemente. El agua le llegaba hasta los tobillos dentro de su vivienda. El piso laminado de su sala flotaba.
“Era como si estuvieras caminando sobre una ola o un trampolín”, dijo. La casa huele a una mezcla de moho, heno podrido y desbordamiento del sistema séptico.
Enero vive en un área que se determinó es de alto riesgo, en la que la gente tiene que comprar un seguro contra inundaciones. Dice que pagar las reparaciones por su cuenta sería inimaginable. En retrospectiva, desearía haber asegurado sus pertenencias también.
Aunque los mapas obligan a Enero y a otros en ciertas áreas a comprar la cobertura, la FEMA ya no usa sus famosos mapas para fijar los precios.
La agencia actualizó sus precios en 2021 con el fin de reflejar con más precisión el riesgo y lo denominó Risk Rating 2.0 (Tasa de Riesgo 2.0). La FEMA dice que estos precios revisados —y no los mapas de inundaciones— son los que comunican el riesgo de inundación a los consumidores. El antiguo sistema ponía más énfasis en métricas simples: La elevación de una casa y si estaba ubicada en una zona de inundación registrada en un mapa. Risk Rating 2.0 toma en cuenta la distancia hasta el agua, los daños causados por lluvias fuertes y muchos otros factores. Aumenta las tarifas para aproximadamente las tres cuartas partes de los asegurados y ofrece reducciones de precios por primera vez.
La FEMA ha dicho desde hace mucho tiempo que las nuevas clasificaciones atraerían a nuevos asegurados con precios que revelan el verdadero riesgo de una propiedad, y son más precisas. Sin embargo, desde que entraron en vigor en California, la cantidad de pólizas se ha reducido en aproximadamente un 5%, con lo que continúa un declive desde hace años en esas contrataciones a nivel nacional.
Algunos no están conscientes del riesgo que enfrentan.
Jay Laub, uno de los vecinos de Reyes, que también fue rescatado de las inundaciones, dijo que, cuando compró su casa, en gran medida las compañías de seguros intentaban venderle cobertura contra terremotos. Indicó que asumió que su vivienda estaba cubierta contra inundaciones. Esta semana supo que no lo estaba.
Laub dijo que le preocupa que su casa rodante pudiera haberse hundido en el suelo empapado, lo que podría requerir que la nivele de nuevo. Dijo que no está seguro de cómo pagaría por ello.
“¿A qué te dedicas? Estás inscrito en el Seguro Social, como yo”, dijo. “Pero, ¿sabes que? Lo tomas un paso a la vez. Sólo tienes que mantenerte fuerte”.
Trevor Burgess, director general de la aseguradora privada Neptune, dijo que ha habido una alta contratación de nuevas pólizas debido a las tormentas. Durante los primeros 10 días de 2022, la empresa vendió 53 en California. Este año, Neptune vendió 313, un aumento de aproximadamente el 500%.
“Las tormentas, aun siendo esta terrible tragedia —tragedia humana y tragedia para la propiedad—, tienen el efecto de recordarles a las personas que son vulnerables y necesitan protegerse”, señaló Burgess.
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Phillis informó desde San Luis.
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The Associated Press recibe apoyo de la Walton Family Foundation para la cobertura sobre políticas para el cuidado del agua y el medio ambiente. La AP es la única responsable de todo el contenido.