MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
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Loriga, quien hace tres años se vio sometido a una operación por un tumor cerebral, ha explicado en una entrevista con Europa Press que este libro es el resultado de esa operación y cambio en su vida, dando como resultado una obra en la que sus protagonistas, dos amigos, está constantemente dándole vueltas a la muerte.
"Sí, supongo que es el resultado de ese momento, porque estás dándole vueltas a cosas y, como lo que me interesa es escribir, estás constantemente viendo cada situación que puedes utilizar", ha indicado Loriga, quien no obstante matiza que no se trata "ni de un libro testimonial ni de contar grandes logros".
"Lo bueno de la enfermedad es que siempre hay alguien peor que tú y eso te hace mirar lo tuyo con perspectiva. Estaba pensando que si salía de esas, qué libro me apetecería escribir y este es el que m ha apetecido", ha indicado el autor, para luego aclarar lo "prestado" a uno de sus personajes --entre ello, una operación por un tumor cerebral--.
"No quería que fuera un testimonio de una enfermedad, pero es verdad que le he prestado al personaje algunos de mis males porque a los personajes no los puedes dejar vacíos. Además, cuando estás en un hospital muchos meses tienes mucho tiempo para pensar en la muerte y más si estás en una planta como neurología, de las jodidas y en las que unos compañeros salen y otros no", ha indicado.
Loriga, escritor señero de la conocida como 'Generación Kronen' de los años 90, reconoce que su nueva vida no ha cambiado "gravemente" en relación a escribir. "Me canso un poco más, pero puede ser que estoy más viejo, y se me hace un poco más pesado mirar solo con un ojo, al principio me daba con el quicio de las puertas", ha bromeado el autor, que lleva un parche en su ojo derecho consecuencia de la operación.
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En 'Cualquier verano es un final', donde el triángulo amoroso es una de las claves y la otra la constante presencia de la muerte, el narrador usa el humor para "aligerar las presiones". "Siempre lo he considerado esencial, no solo en escribir, sino en vivir: si tienes humor, es la única manera de aligerar por mucho que pesen las cosas", ha defendido.
'THE NAME OF THE GAME'
Uno de sus personajes, Luiz, decide irse a un centro de muerte asistida en Suiza. "Ya que uno no puede elegir la vida que tiene, que ahí sí que entra mucho la surte o la mala suerte, o tener una vida plácida --porque vives debajo de unas bombas en Ucrania, o muriéndote de hambre-- creo que se puede elegir cuándo decir adiós. Ojo, con esto no animo a nadie a elegir el suicidio", ha indicado.
Pese a que hay latente una amistad entre los dos protagonistas que podría parecer amor homosexual, Loriga explica que, para él, "la amistad en su grado más profundo es amor". "Y en todo amor hay un proceso de sublimación y de idealización. ¿Por qué elegimos a alguien? Es caprichoso", ha destacado.
Con cerca de 30 años en el sector editorial, el autor también se permite bromear respecto al estado de salud de este mercado. "Me hace gracia, empecé en una pequeña editorial que ahora es de una gran empresa y he pasado por varias situaciones similares: 'is the name of the game', no me quejo, pero el libro es un editor el que habla y me permite hacerlo", ha apuntado entre risas.