BUENOS AIRES (AP) — Lionel Messi ha confesado que nunca volvió a ver la final fallida ante Alemania en el Mundial de 2014.
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La icónica fotografía del capitán argentino con la mirada fija sobre el trofeo dorado que se le escapó en el estadio Maracaná es el más doloroso, pero no el único de los disgustos que le ha tocado vivir en los cuatro mundiales que disputó.
Considerado uno de los más grandes futbolistas de la historia, el siete veces Balón de Oro pocas veces pudo brillar en el gran escenario como en otras competencias.
Anotó un total de seis goles, ninguno en las instancia decisivas de la Copa del Mundo.
El Mundial de Qatar, probablemente el último de su carrera, tal vez le depare al argentino un cierre soñado que borre las penas del pasado.
UNA ROJA PREMONITORIA
Messi debutó con 18 años en la selección mayor de Argentina en un amistoso ante Hungría en agosto de 2005. Ingresó en el segundo tiempo y duró apenas 30 segundos en cancha. Fue expulsado por un codazo al húngaro Vilmos Vanczák.
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Un año después, el entonces joven talento del Barcelona fue convocado para jugar el Mundial. Disgustado porque no tuvo minutos en cancha, se quedó sentado en el banco de suplentes con los brazos cruzados tras la eliminación por penales ante el local Alemania en los cuartos de final.
Bajo el mando de Diego Maradona, Messi no anotó goles y terminó con la cabeza gacha en Sudáfrica 2010.
Con la cinta de capitán, Messi fue Messi en la fase de grupos de 2014 con cuatro goles. Fue elegido mejor jugador del torneo pese a que su nivel mermó a partir de los octavos de final.
“Nos vamos a arrepentir toda la vida de las chances que tuvimos”, confesó Messi al recordar las ocasiones que él y sus compañeros desperdiciaron ante los alemanes en el duelo por el título.
En 2018, Messi falló un penal en el debut ante Islandia, un anticipo de lo que sucedería en octavos de final cuando no tuvo remates directos al arco en la derrota 4-3 ante Francia en octavos.
UNA NUEVA ERA
En el epílogo de su carrera, el astro del Paris Saint-Germain disfruta como nunca jugar para Argentina.
Técnico inexperto, pero con un largo recorrido en la selección desde las juveniles, Lionel Scaloni dio con los socios adecuados y un esquema de juego que le permiten al 10 lucirse sin tanto desgaste.
Messi se “sacó la espina”, en sus palabras, al levantar la Copa América 2021, su primer trofeo con la selección mayor. Días atrás se estrenó un documental sobre esa competencia disputada en Brasil que sacó a la luz la arenga que el otrora silencioso capitán le dedicó a sus compañeros en el vestuario antes de enfrentar al anfitrión en la final, justo en el estadio Maracaná.
“Esta copa se tenía que jugar en la Argentina y Dios la trajo acá, para que la levantemos en el Maracaná. Para que sea más lindo para todos, así que salgamos confiados y tranquilos que esta nos la llevamos a casa”, bramó Messi.
Para Jorge Valdano, campeón del mundo con Argentina en 1986, “la Copa América le cambió el gesto, hoy es un hombre feliz. Tenía signos físicos de llevarla mal con la camiseta argentina”.
A los 35 años, Messi se convertirá en Qatar en el jugador argentino con más mundiales (uno más que Maradona y Javier Mascherano) y buscará superar a Gabriel Batistuta como máximo artillero de la Albiceleste en una Copa del Mundo (10).
¿SUCESOR?
Como sucedió tras el retiro de Diego Maradona, Argentina se pregunta ¿quién después de Messi?
Julián Álvarez, Alejandro Garnacho y Thiago Almada son algunos de los jóvenes talentos argentinos que ya están dando que hablar, aunque ninguno con la gambeta explosiva de Messi.
Para Scaloni, el final de Messi todavía no está escrito.
"Está en un momento de madurez total y, sobre todo, disfrutando. Esa palabra que tanto repito, la del disfrute, es porque al final no solo los argentinos, sino todos los amantes del fútbol queremos es seguir viéndolo jugar por tiempo indefinido”.