MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
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La observación proporciona una nueva e intrigante adición al zoológico de características reveladas por la misión Solar Orbiter dirigida por la ESA, especialmente porque la serpiente fue precursora de una erupción mucho más grande, informa la agencia espacial europea.
La serpiente fue vista el 5 de septiembre de 2022, cuando Solar Orbiter se acercaba al Sol para un paso cercano que tuvo lugar el 12 de octubre. Es un tubo de plasma frío suspendido por campos magnéticos en el plasma circundante más caliente de la atmósfera del Sol.
El plasma es un estado de la materia en el que un gas está tan caliente que sus átomos comienzan a perder algunas de sus partículas externas, llamadas electrones. Esta pérdida hace que el gas se cargue eléctricamente y, por lo tanto, sea susceptible a los campos magnéticos. Todo el gas en la atmósfera del Sol es un plasma porque la temperatura aquí es de más de un millón de grados centígrados.
El plasma en la serpiente sigue un filamento particularmente largo del campo magnético del Sol que se extiende de un lado del Sol al otro.
"El plasma fluye de un lado al otro, pero el campo magnético está realmente retorcido. Así que estamos recibiendo este cambio de dirección porque estamos mirando hacia abajo en una estructura retorcida", dice David Long, del Mullard Space Science Laboratory en el University College London, quien dirige la investigación del fenómeno.
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A 170 KILÓMETROS POR SEGUNDO
Un vídeo con la observación ( https://www.youtube.com/watch?v=ae4ya5nUCzo ) ha sido producidor como un lapso de tiempo a partir de imágenes del Extreme Ultraviolet Imager a bordo de Solar Orbiter. En realidad, la serpiente tardó alrededor de tres horas en completar su viaje, pero dadas las distancias involucradas en cruzar la superficie solar, eso significa que el plasma debe haber estado viajando a unos 170 kilómetros por segundo.
Lo que hace que la serpiente sea tan intrigante es que comenzó en una región solar activa que luego entró en erupción, expulsando miles de millones de toneladas de plasma al espacio. Esto plantea la posibilidad de que la serpiente fuera una especie de precursora de este evento, y Solar Orbiter lo captó todo en numerosos instrumentos.
Para el detector de partículas energéticas (EPD) de la nave espacial, la erupción fue uno de los eventos de partículas energéticas solares más intensos detectados hasta ahora por el instrumento.
"Es una muy buena combinación de conjuntos de datos que solo obtenemos de Solar Orbiter", dice David Long. Más intrigante aún es que el plasma de esta erupción, conocida como eyección de masa coronal, barrió la sonda solar Parker de la NASA, lo que permitió que sus instrumentos midieran el contenido de la erupción.
Poder ver una erupción y luego tomar muestras de los gases expulsados, ya sea con instrumentos propios o de otra nave espacial, es uno de los principales objetivos científicos de Solar Orbiter. Permitirá desarrollar una mejor comprensión de la actividad solar y la forma en que crea el "clima espacial", que puede interrumpir los satélites y otras tecnologías en la Tierra.
Solar Orbiter es una misión espacial de colaboración internacional entre la ESA y la NASA, operada por la ESA. Se lanzó el 10 de febrero de 2020 y, a principios de este mes, celebró mil días en el espacio.