NEWARK, Nueva Jersey, EE.UU. (AP) — Un hombre acusado de publicar una amenaza amplia que llevó a incrementar la seguridad en sinagogas y escuelas judías en Nueva Jersey deberá responder a cargos por ello, informaron fiscales federales el jueves.
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Omar Alkattoul, de 18 años, vecino de Sayreville, está acusado de formular una amenaza en comercio interestatal e internacional. Su primera comparecencia está prevista para las próximas horas, y lo representará un defensor público federal. Esa oficina no suele hacer declaraciones sobre sus casos.
Alkattoul usó una aplicación de red social el 1 de noviembre para enviar un enlace a un documento titulado “When Swords Collide” (cuando chocan las espadas), y comentó a la persona a la que lo había enviado que escribió el documento “en el contexto de un ataque a los judíos”. Según destinatario, Alkattoul envió el documento al menos a otras cinco personas mediante otra aplicación.
El FBI emitió un alerta a todo el estado el 3 de noviembre y anunció que había identificado a un sospechoso cuyo nombre no dio a conocer en ese momento. Ante ese aviso, varios municipios enviaron agentes policiales a vigilar templos y escuelas.
Alkattoul presuntamente dijo que su plan era matar “como acto de venganza” por la muerte de musulmanes, dijeron las autoridades. Anteriormente, dijeron que no creían que tuviera los medios ni motivos para realizar un ataque. Enfrenta una pena de hasta cinco años de prisión si lo condenan por el cargo formulado.
Las amenazas no específicas contra instituciones judías por supremacistas cristianos, extremistas islámicos y otros grupos no son infrecuentes en la zona de Nueva York, y muchas resultan ser falsas alarmas.
Pero también se han registrado ataques mortíferos, como el lanzamiento de bombas incendiarias a dos sinagogas y el ataque a la casa de un rabino en 2012, un asesinato a puñaladas en una fiesta de Janucá en 2019 y la muerte a tiros de tres personas y un agente de policía en un mercado cásher el mismo año.
La masacre de 11 personas en la sinagoga Árbol de la Vida en Pittsburgh hace cuatro años dejó una marca indeleble.