ARGEL, Argelia (AP) — Los mandatarios árabes se reunieron el martes en Argelia, en la 31ra cumbre de la Liga Árabe, en busca de posiciones comunes sobre los asuntos regionales que los dividen. La reunión se desarrolla en medio del aumento de la inflación, la escasez de alimentos y medicinas, la sequía y el costo de la vida que se va por las nubes en el Medio Oriente y África.
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El evento es una oportunidad para que Argelia —el país más grande de África en cuanto a territorio— exhiba su liderazgo en el mundo árabe. Es un gran productor de petróleo y gas, y los países europeos lo consideran un proveedor crucial en medio de la crisis energética global provocada por la guerra rusa en Ucrania.
La cumbre anterior de la Liga Árabe, de 22 países miembros, se realizó antes de la pandemia de coronavirus. Desde entonces, nuevos retos han trasformado radicalmente la agenda regional: las relaciones diplomáticas entre Israel y cuatro países árabes y las repercusiones de la guerra en Ucrania.
Los asuntos en discusión el martes y miércoles serán las crisis alimentaria y energética agravadas por la guerra que han tenido consecuencias devastadoras para Egipto, Líbano y Túnez, entre otros países árabes, que no consiguen importar suficiente trigo y combustible para satisfacer sus poblaciones.
La crisis se profundiza con la sequía más grave en varias décadas que ha devastado Somalia, el miembro más reciente de la Liga Árabe, donde varias zonas están al borde de la hambruna.
El refuerzo del bloqueo ruso de los puertos de Ucrania en el Mar Negro amenaza con agravar aún más la crisis, ya que muchos países árabes dependen de las exportaciones de trigo ruso y ucraniano. Ante esta dependencia, el anfitrión de la cumbre dice que se debe buscar “un mecanismo común para garantizar la seguridad alimenticia árabe”, según Adam Ahmed el-Dekhairi, director general de la Organización Árabe de Desarrollo Agrario.