LONDRES (AP) — Rishi Sunak compitió por gobernar Gran Bretaña y perdió. Ahora tiene otra oportunidad, y la ocasión de decir “se lo dije”.
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El exjefe del Tesoro británico quedó por detrás de Liz Truss en la pugna por sustituir como primer ministro y líder del Partido Conservador a Boris Johnson, que estaba asediado por los escándalos. Pero Truss renunció tras un accidentado mandato de 45 días y Johnson abandonó su intento de regresar, lo que dejó el lunes a Sunak como ganador de la contienda para el puesto que no logró ganar hace apenas dos meses.
La victoria en la votación entre líderes del partido es una reivindicación para Sunak, que advirtió en la última campaña que los planes de Truss de recortes fiscales eran imprudentes y sembrarían el caos. Y así fue.
Truss renunció la semana pasada después de que su paquete de rebajas fiscales asustara a los mercados financieros, hundiera el valor de la libra esterlina y vaporizara su autoridad.
Sunak será el primer mandatario británico no blanco y el primer hindú en asumir el cargo. Tiene 42 años, de modo que también será el primer ministro más joven en más de 200 años, un prodigio político cuyo aspecto joven, trajes elegantes y actitud confiada y resuelta le valió el apodo de “Dishy Rishi” (“Guapo Rishi”) en medios británicos.
Sunak aún debe superar las acusaciones de sus oponentes, que le tachan de traidor por abandonar el gobierno de Johsnon cuando zozobró entre escándalos de ética. La renuncia casi simultánea de Sunak y el secretario de Salud Sajid Javid el 5 de julio provocó una reacción en cadena. En 48 horas, unos 50 miembros del gobierno habían renunciado, y Johnson se vio obligado a dimitir.
Sunak lo describió como una cuestión de principios y dijo que quería reparar la “confianza perdida” en la política. También acusó a Truss de ofrecer “cuentos de hadas” con su promesa de rebajas fiscales inmediatas, cuando él creía que contener la inflación disparada era una prioridad mayor.
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“Preferiría perder tras pelear por las cosas que creo con firmeza que son adecuadas para nuestro país, y ser fiel a mis valores, que perder con una falsa promesa”, dijo Sunak en una entrevista en la BBC.
Sunak nació en 1980 en Southampton, en la costa sur de Inglaterra, de padres de origen indio nacidos en el este de África. Creció en una familia de clase media -su padre era médico de familia y su madre farmacéutica- y dice que heredó su ética de trabajo duro.
“Yo crecí trabajando en la tienda, entregando medicamentos”, dijo durante la campaña. “Trabajé como camarero en el restaurante indio del barrio”.
Ha descrito cómo sus padres ahorraron para enviarle al Winchester College, uno de los internados más lujosos y caros de Gran Bretaña.
Allí se mezcló con la élite. Sus rivales difundieron hace poco un video de un documental para televisión de 2001 sobre el sistema de clases en el que Sunak, de 21 años, decía tener “amigos que son aristócratas, tengo amigos que son clase alta, tengo amigos que son, ya sabe, clase trabajadora. Bueno, clase trabajadora no”.
Tras la secundaria, Sunak estudió política, filosofía y economía en la Universidad de Oxford -una carrera elegida por otros futuros primeros ministros- y después un MBA en la Universidad de Stanford.
Trabajó como gestor de cuentas para el banco de inversiones Goldman Sachs y vivió en Estados Unidos, donde conoció a su esposa, Akshata Murty. La pareja tiene dos hijas.
A su regreso a Gran Bretaña, Sunak fue elegido al Parlamento por la circunscripción tradicionalmente conservadora de Richmond, en Yorkshire, en 2015. En el referendo de 2016 sobre el Brexit se mostró a favor de abandonar la Unión Europea, una decisión de carrera arriesgada porque iba en contra de la postura del gobierno conservador.
Cuando el bando a favor de la ruptura ganó de forma inesperada, la carrera de Sunak despegó. Sirvió en cargos intermedios en ministerios antes de ser nombrado jefe del Tesoro por Johnson en febrero de 2020, justo antes de la pandemia.
Es un defensor de reducir el papel del Estado y los impuestos que admira a la ex primera ministra Margaret Thatcher, pero dedicó miles de millones del gobierno a mantener a flote a ciudadanos y negocios durante la pandemia. Su programa de despidos temporales, que pagó los salarios de millones de trabajadores que se quedaron sin empleo de forma temporal, le convirtió en el miembro más popular del gobierno, una posición que afianzó con hábiles publicaciones en medios sociales que según sus rivales y críticos reforzaban su reputación personal más que la del gobierno.
Pero Sunak ha tenido sus contratiempos. Los críticos señalaron que una campaña para que la gente comiera en restaurantes tras el levantamiento de restricciones en el verano de 2020 contribuyó a otra ola de COVID-19.
Otros han dicho que la gran fortuna de la familia de Sunak y su pasado en Silicon Valley le alejan de las dificultades de la gente corriente.
También ha enfrentado preguntas sobre sus finanzas y las de su esposa. Murty es la hija de multimillonario fundador de la gigante tecnológica india Infosys, y la pareja tiene una fortuna de 730 millones de libras (877 millones de dólares), según la lista de fortunas del Sunday Times.
En abril de 2022 se supo que Murty no había pagado impuestos británicos por sus ingresos fuera de país. La práctica es legal, pero resultaba impopular en un momento en el que Sunak subía los impuestos a millones de británicos. Sunak también fue criticado por conservar su tarjeta de residencia en Estados Unidos, lo que sugería intención de instalarse en Estados Unidos, durante dos años tras convertirse en el responsable de las finanzas británicas.
Sunak fue eximido de cualquier infracción, pero las revelaciones dañaron su imagen. Al igual que Johnson y docenas de personas más, fue multado por asistir a una fiesta en la oficina del primer ministro en 2020 que incumplía las normas de confinamiento contra el coronavirus. La indignación por esas fiestas en un momento en el que los británicos estaban obligados a quedarse en casa contribuyó a la caída de Johnson. Sunak ha dicho que asistió de forma breve e involuntaria.
En su primera campaña, se describió como el candidato de las decisiones de adulto y la disciplina fiscal, y criticó los planes de Truss de bajar los impuestos y aumentar la deuda, además de prometer que él controlaría la inflación.
Esa tarea es ahora más difícil que nunca.