FRÁNCFORT, Alemania (AP) — La alianza OPEP+ de países exportadores de petróleo acordó el miércoles reducir la producción de crudo para apuntalar los precios, una decisión que podría significar un nuevo golpe a la economía global y provocar un alza de los precios de la gasolina.
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Esto tendría repercusiones políticas en Estados Unidos, semanas antes de una crucial elección legislativa.
Los ministros de Energía reunidos en la sede del cártel petrolero OPEP en Viena acordaron reducir su producción global en 2 millones de barriles diarios, una cifra superior a la prevista, a partir de noviembre. Fue su primera reunión presencial desde el inicio de la pandemia de COVID-19.
El grupo dijo que la decisión se basaba en la “incertidumbre que rodea las perspectivas económicas globales y del mercado petrolero”.
El ministro de Energía saudí, Abdulaziz bin Salman, destacó el papel de la organización como guardián de la estabilidad de los mercados energéticos. “Estamos aquí como fuerza moderadora para traer estabilidad”, dijo a la prensa.
Aparte de un ajuste simbólico el mes pasado, la fuerte reducción de la cantidad de crudo que la OPEP+ envía al mundo marca un viraje abrupto luego de meses de restaurar los recortes de 2020 durante lo peor de la pandemia. Al rebotar la demanda, los precios globales de los energéticos han oscilado de manera incontrolada desde que Rusia invadió Ucrania, alimentando una inflación que aprieta a las economías en todo el mundo.
La decisión de la OPEP+ podría ayudar a Rusia, que es miembro de la alianza, a capear una veda de importaciones de crudo, pero el impacto del recorte de la producción sobre los precios del petróleo —y, por tanto, sobre los precios de la gasolina— tendrá algunas limitaciones, porque algunos miembros de la OPEP+ no pueden cubrir sus cuotas.
El crudo se está cotizando muy por debajo de sus picos del verano boreal ante los temores de que las grandes economías globales como Estados Unidos y Europa caerán en una recesión debido a una alta tasa de inflación, el aumento de las tasas de interés para frenar los precios al consumidor y la incertidumbre sobre la guerra rusa en Ucrania.