MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
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"Asesinada de un tiro en el pecho una joven subsahariana cuando intentaba subir a una patera. Las autoridades marroquíes abrieron fuego contra los migrantes", denunciaba el pasado 12 de septiembre la fundadora de Caminando Fronteras, Helena Maleno, a través de su cuenta de Twitter.
Tal y como narró la activista, en este suceso también se han registrado heridos que tuvieron que ser trasladados al hospital, tres de ellos en estado grave. "Dos jóvenes fueron atropellados por un coche mientras intentaban ponerse a salvo de los disparos", explicó, para señalar que el grupo atacado estaba formado por 35 personas, entre los que había dos niños.
Una semana después de los hechos, las principales organizaciones de migrantes hacen un llamamiento a la ciudadanía a participar en la protesta frente a la embajada marroquí. "Pensamos que con la masacre de Melilla la violencia había tocado techo, pero nos equivocamos", ha señalado Maleno.
Las entidades, que también han firmado un comunicado de denuncia y condolencia, hablan de "violencia policial" por parte de las autoridades marroquíes, pero también denuncian que se trata de un comportamiento "aceptado y amparado por las funciones que le confieren los estados europeos y español".
"No son muertes, son asesinatos, sistemáticos, planificados y organizados", han denunciado. A su juicio, "la ausencia de mecanismos de control y supervisión de las actuaciones policiales perpetúa la impunidad del uso de la fuerza contra las comunidades en movimiento, negando a las víctimas su derecho a la reparación frente a los daños sufridos y contribuyendo a su desprotección frente a ataques contra su integridad física, moral y psicológica", han concluido.