SAN JUAN, Puerto Rico (AP) — El huracán Fiona ganó fuerza en su camino hacia las Islas de Turcas y Caicos y amenazaba con convertirse en una tormenta de categoría 3, lo que llevó al gobierno a imponer un toque de queda.
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Fiona podría convertirse en un fuerte huracán para el lunes por la noche o el martes, cuando se esperaba que pasara junto al territorio británico.
“Las tormentas son impredecibles”, dijo el primer ministro, Washington Misick, en un comunicado desde Londres, donde asistía al funeral de la reina Isabel II. “Por lo tanto deben tomar todas las precauciones para garantizar su seguridad”.
Misick tenía previsto regresar a casa el jueves.
El centro de Fiona se encontraba 130 kilómetros (80 millas) al sureste de la Isla Gran Turca el lunes por la noche. Sus vientos máximos sostenidos eran de 175 kilómetros (110 millas) por hora y se desplazaba hacia el norte-noroeste a 17 kilómetros (10 millas) por hora.
La tormenta seguía dejando lluvias abundantes sobre República Dominicana y Puerto Rico, donde un hombre de 58 años murió tras verse arrastrado por un río en la localidad central de montaña de Comerío, según la policía.
Otra muerte se asoció al apagón. Un hombre de 70 años murió quemado cuando intentaba llenar el generador de gasolina mientras estaba en marcha, según las autoridades.
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La Guardia Nacional ha rescatado a más de 900 personas mientras el agua seguía anegando localidades en el este y el sur de Puerto Rico, y se esperaban hasta 76 centímetros (30 pulgadas) de lluvia en algunos puntos. También se reportaron varios aludes de tierra.
El impacto de Fiona fue más devastador para Puerto Rico debido a que aún no se ha recuperado del paso del huracán María, que causó la muerte de casi 3.000 personas y destruyó la red eléctrica en 2017. Cinco años después, más de 3.000 hogares de la isla siguen teniendo lonas azules como techo.
Las autoridades dijeron que al menos 1.300 personas y unas 250 mascotas seguían en refugios en diferentes lugares de la isla.
Fiona cortó el suministro eléctrico al golpear el domingo el extremo suroeste de Puerto Rico, en el aniversario del huracán Hugo, que llegó a la isla en 1989 como tormenta de categoría 3.
Para el lunes por la noche, las autoridades dijeron haber restaurado el suministro a más de 114.000 clientes, en una isla con 3,2 millones de personas.
El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, advirtió que podrían pasar varios días antes de que todo el mundo tuviera electricidad.
Más de 837.000 clientes, dos terceras partes del total de la isla, se quedaron sin agua corriente debido a aguas turbias en las plantas de filtración o por la falta de luz, indicaron funcionarios.
Se esperaba que Fiona se convirtiera en un gran huracán de Categoría 3 o más. Su rumbo parecía llevarla cerca de las Islas de Turcas y Caicos el martes y no se esperaba que amenazara el territorio continental estadounidense.
Las autoridades en República Dominicana reportaron una muerte, un hombre alcanzado por un árbol derribado. La tormenta desplazó a más de 12.400 personas y aisló al menos a dos poblaciones.
El huracán dejó varias autopistas bloqueadas, mientras que un muelle turístico en la localidad de Miches resultó severamente dañado por el intenso oleaje. Al menos cuatro aeropuertos internacionales cerraron operaciones, indicaron las autoridades.
El presidente dominicano, Luis Abinader, dijo que las autoridades necesitarán de varios días para evaluar los daños causados por la tormenta.
Fiona había castigado antes el este del Caribe y dejó un muerto en el territorio francés de Guadalupe cuando las aguas crecidas arrastraron su casa, según las autoridades.