TALLAHASSEE, Florida, EE.UU. (AP) — El gobernador de Florida Ron DeSantis envió dos vuelos con inmigrantes a Martha’s Vineyard, escalando una táctica de gobernadores republicanos para atraer atención a lo que llaman políticas fallidas de inmigración del presidente Joe Biden.
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Los vuelos del miércoles a la isla en Massachusetts fueron parte de una gestión para “transportar inmigrantes ilegales a destinos santuario”, dijo Taryn Fenske, director de comunicaciones de DeSantis.
Aunque la oficina del gobernador no dio detalles sobre el estatus legal, muchos de los migrantes que cruzan ilegalmente la frontera ese México quedan protegidos temporalmente de deportación tras ser dejados en libertad por las autoridades estadounidenses para solicitar asilo en las cortes de inmigración — como lo permiten la ley estadounidense y un tratado internacional — o quedan en libertad condicional humanitaria.
El gobernador de Massachusetts, el republicano Charlie Baker, dijo que estaba en contacto con funcionarios locales y que se estaba proveyendo a los inmigrantes albergue a corto plazo.
El representante estatal por Martha’s Vineyard Dylan Fernandes tuiteó: “Nuestra isla se puso en acción, ofreciendo 50 camas, dándole a todo el mundo una buena cena, proveyendo un área de juegos para los niños, asegurándose de que tienen la atención médica y el respaldo que necesitan. Somos una comunidad que se une para ayudar a los inmigrantes”.
El gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, comenzó a enviar autobuses con inmigrantes a Washington en abril y recientemente comenzó a enviarlos a Nueva York y Chicago. El gobernador de Arizona Doug Ducey, también republicano, ha estado enviado inmigrantes a Washington desde mayo. Los pasajeros deben firmar documentos diciendo que los viajes son voluntarios.
DeSantis, que es mencionado como potencial candidato presidencial republicano para el 2024, parece estar llevando la estrategia a un nivel diferente al usar aviones y escoger Martha’s Vineyard como destino. La isla tiene apenas 15.000 habitantes y está menos preparada que Nueva York o Washington para un influjo grande de inmigrantes.