SAO PAULO (AP) — El corazón embalsamado del emperador que declaró la independencia de Brasil llegó al país sudamericano procedente de Portugal para ceremonias conmemorativas del bicentenario de la nación.
PUBLICIDAD
El corazón de Pedro I, insertado en un relicario de oro, llegó el lunes a bordo de un avión de la Fuerza Aérea Brasileña. Será cargado por la rampa del palacio presidencial en Brasilia, mismo honor que se confiere a jefes de Estado y otros dignatarios en visitas oficiales. Posteriormente, los brasileños podrán ver el corazón en un edificio del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Pedro I declaró la independencia de Brasil en 1822 y el control imperial duró hasta 1889, cuando la monarquía pasó a ser una república. Pedro I murió hace 187 años y, tal como instruyó en su testamento, su corazón fue llevado a la ciudad portuguesa de Porto, donde había estado guardado en una copa de vidrio con formaldehído en la iglesia de Nuestra Señora de Lapa.
El legislador Luiz Philippe de Orleans e Bragança, descendiente de la antigua familia real brasileña y férreo partidario del presidente Jair Bolsonaro, dijo que la decisión de traer el corazón del emperador vino de uno de los asesores informales del mandatario.
“Hemos perdido un poco de la referencia de los próceres, lo que representaron, lo que pensaban, lo que esperaban para Brasil. Es muy importante traer algo de eso”, declaró Bragança el lunes en entrevista con la emisora Jovem Pan.
Traer el corazón del emperador a Brasil “era una demanda de parte de nuestra sociedad, que desea una redención histórica”, añadió.
La lucha independentista brasileña fue distinta a las sangrientas campañas de otros países latinoamericanos. Si bien hubo algunos combates, mayormente se resolvió mediante la mediación de otras naciones y el pago de reparaciones de Brasil a Portugal. El país europeo finalmente reconoció la independencia brasileña en 1825.
PUBLICIDAD
Algunos brasileños partidarios de honrar el legado monárquico apoyan a Bolsonaro, quien se ha postulado a la reelección. Sus críticos denuncian que el traslado del corazón del emperador es para ganarse el favor de ese sector de la población y acusan al mandatario de usar el bicentenario para fines políticos.
Bolsonaro ha exhortado repetidamente a la militancia a tomar las calles el Día de la Independencia, el 7 de septiembre. Los analistas políticos han expresado temores de que se desaten actos de violencia.
“La llegada del corazón de Pedro I a Brasil es una oportunidad para que el pueblo brasileño le rinda tributo a una figura protagónica del proceso independentista brasileño”, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores en una nota de prensa. El emperador es conocido en Portugal como Pedro IV.
La nota de prensa dice que el corazón será llevado de vuelta a Portugal el 8 de septiembre. El gobierno no ha divulgado cuánto costará a las arcas públicas el traslado del relicario.