MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
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MSF cuenta con testimonios y datos médicos que refrendan sus sospechas de que las autoridades húngaras recurren a porrazos, patadas, puñetazos, "diversas formas de humillación", gas pimienta y de gases lacrimógenos como "prácticas habituales de disuasión", previas a las devoluciones sin asistencia.
Concretamente, la ONG asegura que, desde enero de 2021, sus equipos médicos han atendido a 423 pacientes con lesiones, "presuntamente a causa de incidentes violentos en la frontera entre Hungría y Serbia", por ejemplo a través del paso de Horgos 2.
"La violencia que vemos en la frontera entre Hungría y Serbia es constante e indiscriminada. Cada semana, asistimos a pacientes, incluidos niños, con graves contusiones, heridas y cortes profundos, dislocaciones y fracturas, a menudo en las piernas, los brazos. A veces también en la cabeza", ha explicado Andjela Marcetic, médico de MSF en Serbia.
MSF comenta que la mayoría de los pacientes relatan además que han sufrido robos y la destrucción de pertenencias personales, mientras que otras personas "fueron obligadas a desnudarse, incluso fueron expuestas a las frías temperaturas del invierno, y a veces soportaron otras formas de humillación, como ser orinadas por los agentes fronterizos durante las redadas".