COLOMBO, Sri Lanka (AP) — Sri Lanka estaba el lunes en un vacío político por segundo día, mientras los líderes de oposición trataban de ponerse de acuerdo en quién debía sustituir a unos líderes muy impopulares. Los manifestantes indignados con las penurias económicas han ocupado las residencias oficiales del presidente y el primer ministro.
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Los inconformes seguían en la residencia del presidente, Gotabaya Rajapaksa, su oficina junto al mar y la vivienda oficial del primer ministro, que invadieron el sábado entre exigencias de que los dos mandatarios renunciaran. Fue el día de protestas más grandes y significativas de los últimos tres meses en el distrito administrativo de la capital, Colombo.
El lunes seguían allí, y dijeron que no se marcharían hasta que las renuncias fueran oficiales.
El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, dijo el sábado que dejaría el cargo cuando hubiera un nuevo gobierno, y horas más tarde el presidente del Parlamento dijo que Rajapaksa dimitiría el miércoles.
Se desconocía el paradero del presidente, aunque un comunicado de su oficina indicó el domingo que había ordenado la distribución pública inmediata de un cargamento de gas para cocinar, lo que sugería que seguía trabajando. La presión sobre los dos hombres había crecido conforme el colapso económico provocaba grave escasez de productos básicos. La gente tenía problemas para conseguir comida, combustible y otros artículos esenciales.
Los líderes de partidos opositores negociaban la formación de un gobierno alternativo formado por todos los partidos, una necesidad urgente para que el país en bancarrota continúe las conversaciones con el Fondo Monetario Internacional sobre un programa de rescate.
El legislador Udaya Gammanpila dijo que el principal grupo de oposición, Frente Popular Unido, y parlamentarios que habían desertado de la coalición de gobierno de Rajapaksa estaban dialogando y habían acordado trabajar juntos. Se había propuesto al principal líder opositor, Sajith Premadasa, y Dullas Alahapperuma, que fue ministro de Rajapaksa, como presidente y prime ministro, y se les pidió que decidieran cómo compartir los cargos antes de una reunión el lunes con el presidente del Parlamento.
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“No podemos estar en una situación anárquica. De algún modo tenemos que alcanzar un consenso hoy”, dijo Gammanpila.
El país depende de ayuda de India y otros países mientras sus autoridades intentan negociar con el Fondo Monetario Internacional. Wickremesinghe dijo hace poco que las conversaciones eran complejas porque Sri Lanka es ahora un estado en quiebra.
Sri Lanka anunció en abril la suspensión del pago de préstamos extranjeros debido a la escasez de divisas. Su deuda externa total asciende a 51.000 millones de dólares, de los cuales debe pagar 28.000 millones para fines de 2027.
Meses de protestas prácticamente han desmantelado a la dinastía política Rajapaksa, que ha gobernado Sri Lanka durante la mayor parte de las últimas dos décadas, pero los manifestantes la acusan de mala gestión y corrupción. El hermano mayor del presidente renunció como primer ministro en mayo después de protestas violentas que le hicieron buscar refugio en una base naval.