KIEV, Ucrania (AP) — Fuerzas rusas reforzaban sus posiciones en una cruenta batalla por capturar el último baluarte de resistencia en la provincia oriental ucraniana de Luhansk, según dijo el domingo el gobernador de la región.
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Los combatientes ucranianos llevan semanas tratando de defender la ciudad de Lysychansk e impedir que caiga en manos de Rusia, como ocurrió con la vecina Sievierodonetsk hace una semana. Un asesor presidencial indicó que el destino de la urbe podría decidirse en cuestión de días.
“Los ocupantes arrojaron todas sus fuerza sobre Lysychansk. Atacaron la ciudad con tácticas incomprensiblemente crueles”, dijo el gobernador de Luhansk, Serhiy Haidai en la app de mensajería de Telegram. “Sufren pérdidas significativas, pero avanzan con firmeza. Se están afianzando en la ciudad”.
Un río separa Lysychansk de Sievierodonetsk. Oleksiy Arestovych, un asesor del presidente de Ucrania, dijo el sábado por la noche durante una entrevista que las fuerzas rusas habían logrado cruzar el río desde el norte por primera vez, creando una situación “amenazadora”.
Arestovych dijo que no habían alcanzado el centro de la ciudad, pero el rumbo de los combates indicaba que la batalla por Lysychansk se habría decidido para el lunes. Autoridades británicas y ucranianas reportaron en mayo que Rusia había perdido todo un batallón en un intento de cruzar el Río Siverskyi Donets y establecer una cabeza de puente.
Tomar Lysychansk acercaría a Moscú a su objetivo declarado de tomar toda la región ucraniana el Donbás. Luhansk y la vecina Donetsk son las dos provincias que forman el Donbás, donde Rusia ha centrado su ofensiva desde que se retiró del norte de Ucrania y la capital, Kiev, en primavera.
Separatistas prorrusos controlan partes de las dos provincias desde 2014, y Moscú reconoce todo el territorio de Luhansk y Donetsk como repúblicas soberanas. El gobierno de Siria dijo el miércoles que también reconocería la “independencia y la soberanía” de las dos áreas.
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El líder de la vecina Bielorrusia, un aliado ruso, afirmó el sábado que Ucrania había lanzado misiles a objetivos militares en territorio bielorruso varios días antes, pero que todos habían sido interceptados por un sistema antiaéreo. El presidente, Alexander Lukashenko, describió el supuesto ataque como una provocación y señaló que ningún soldado bielorruso combate en Ucrania.
No hubo respuesta inmediata del ejército ucraniano.
Bielorrusia acoge unidades militares rusas y sirvió de base para la invasión rusa. La semana pasada, apenas unas horas antes de Lukahsenko se reuniera con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, bombarderos rusos de largo alcance lanzaron misiles sobre Ucrania desde espacio aéreo bielorruso por primera vez.
Hasta ahora, Lukashenko se ha resistido a los esfuerzos por implicar a su ejército en la guerra. Pero durante su reunión, Putin anunció que Rusia tenía previsto suministrar a Bielorrusia el sistema de misiles Iskander-M y recordó a Lukashenko que su gobierno depende del apoyo económico de Rusia.