Marlin Briscoe, quien se convirtió en el primer quarterback titular de raza negra en la American Football League hace más de 50 años, falleció el lunes.
PUBLICIDAD
Su hija, Angela Marriott, dijo a The Associated Press que Briscoe, de 76 años, murió de neumonía en un hospital de Norwalk, California. Había estado hospitalizado por problemas de circulación en sus piernas.
Briscoe, oriundo de Omaha, Nebraska, fue un quarterback estelar para la Universidad de Omaha antes de que los Broncos de Denver lo reclutaran como cornerback en la 14ta ronda del draft de 1968. Briscoe le informó al equipo que volvería a su ciudad y se convertiría en maestro si no recibía la oportunidad de probarse como pasador. Denver estuvo de acuerdo y Brisco, conocido como “The Magician” estuvo a punto de coronar una remontada como suplente ante los Patriots de Boston el 29 de septiembre antes de su histórica titularidad del 6 de octubre.
“Tuvo una enorme contribución al deporte”, dijo Marriott. “Espero que continúe recibiendo el reconocimiento por todas sus contribuciones. Estaba tan orgulloso de ese logro”.
Briscoe inició cinco partidos esa temporada. Fue segundo lugar en la votación al Novato del Año de la AFL ee año después de pasar para 1.589 yardas y 14 touchdowns, además de correr para 308 yardas y tres anotaciones.
Denver no le dio la oportunidad de competir por el puesto de quarterback en 1969, así que solicitó su salida del equipo. Se convirtió en un receptor de Pro Bowl con los Bills de Buffalo.
James Harris fue compañero de habitación de Briscoe con los Bills en 1969, y Briscoe lo ayudó a convertirse en el primer quarterback negro en iniciar una campaña de la AFL como titular.
PUBLICIDAD
“Era una época en la que los quarterbacks negros eran rechazados, así que tratabas de asegurarte estar lo mejor preparado posible para el momento en que se presentara la oportunidad”, dijo Harris. “Fui mucho mejor gracias a que Briscoe fue mi compañero”.
En 1974, Harris jugó para los Rams de Los Ángeles y se convirtió en el primer quarterback negro en ganar un juego de playoffs en la NFL. También fue el Jugador Más Valioso del Pro Bowl esa campaña.