NACIONES UNIDAS (AP) — Los combatientes extranjeros y las empresas militares privadas, especialmente la rusa Wagner Group, que ha violado las leyes internacionales, suponen una grave amenaza para la seguridad de Libia, dijeron expertos de Naciones Unidas en un reporte obtenido por The Associated Press.
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Los expertos acusaron además a siete grupos armados libios de utilizar de forma sistemática las detenciones ilegales para castigar a quienes ven como opositores, ignorando las leyes internacionales y nacionales de derechos civiles, incluyendo las que prohíben la tortura.
En concreto, “los migrantes han sido extremadamente vulnerables a los abusos de derechos humanos y han sido sometidos habitualmente a actos de esclavitud, violación y tortura”, sostuvo el comité en el informe para el Consejo de Seguridad de la ONU obtenido el viernes en ala noche por la AP.
La nación norteafricana, rica en petróleo, se sumió en el caos luego de que en 2011 una revuelta respaldada por la OTAN derrocó al dictador Moammar Gadhafi, quien más tarde fue asesinado. Luego se dividió en dos con gobiernos enfrentados: el del este respaldado por el comandante militar Khalifa Hifter, y el del oeste, con sede en Trípoli, que contaba con el beneplácito de la ONU. Cada bando tiene el apoyo de distintas milicias y potencias extranjeras.
En abril de 2019, Hifter y sus fuerzas, respaldadas por Egipto y Emiratos Árabes Unidos, lanzaron una ofensiva para tratar de tomar Trípoli. La campaña fracasó cuando Turquía reforzó su ayuda militar al gobierno apoyado por la ONU con cientos de soldados y miles de mercenarios sirios.
Un acuerdo de alto el fuego alcanzado en octubre de 2020 derivó en otro para un gobierno de transición a principios de febrero de 2021 y se programaron unas elecciones para el pasado 24 de diciembre que tenían el objetivo de unir al país. Pero los comicios se cancelaron y se mantienen los gobiernos rivales, con dos líderes que reclaman el cargo de primer ministro.
La tregua exigía la salida inmediata de todos los combatientes y mercenarios extranjeros pero, según el grupo de expertos, “ha habido pocas pruebas verificables de que se hayan producido retiradas a gran escala hasta la fecha”.
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El informe señala que los grupos opositores chadianos operan desde Libia y que Hifter ha reclutado a combatientes sudaneses. El comité identificó a combatientes sirios respaldados por Turquía en campamentos militares del gobierno en Trípoli, mientras que otros sirios afiliados a Hifter operan junto a los miembros del Grupo Wagner en la estratégica ciudad norteña de Sirte y en la cercana Jufra. Al menos 300 de estos sirios han vuelto a su país y no han sido reemplazados por Hifter, sostiene el reporte.
El grupo dijo que sigue investigando el despliegue de los combatientes de Wagner y los envíos de armas y material relacionado para respaldar sus operaciones.
El Grupo Wagner se presenta como un contratista militar privado y el Kremlin niega tener relación alguna con él. Pero Estados Unidos sostiene que la persona que lo financia, Yevgeny Prigozhin, es un oligarca próximo al presidente de Rusia, Vladimir Putin.