Una escasez de fórmula láctea para bebés en Estados Unidos está obligando a los padres a intercambiar, vender y ofrecer sus excedentes entre ellos, mientras que el presidente Joe Biden habló el jueves con productores y comercios sobre la difícil situación que enfrentan las familias.
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El mandatario dialogó con ejecutivos de Mead Johnson y Gerber sobre cómo pueden aumentar su producción y cómo es que su gobierno podría ayudar, y dialogó con directivos de Walmart y Target sobre la manera de reabastecer sus anaqueles y atender las disparidades regionales en el acceso a la fórmula, según la Casa Blanca.
El gobierno planea vigilar en busca de una posible manipulación de precios y trabajar con aliados comerciales en México, Chile, Irlanda y Holanda respecto a las importaciones, aunque el 98% de la fórmula láctea se produce en el país.
El problema es resultado de afectaciones en la cadena de suministros y de un retiro de producto por motivos de seguridad, los cuales tienen una gran cantidad de consecuencias: Los comercios están limitando las cantidades que los clientes pueden adquirir, y los doctores y trabajadores de salud piden a los padres de familia a ponerse en contacto con bancos de alimentos y consultorios médicos, además de emitir advertencias sobre no diluir la fórmula para que dure más, ni usar recetas de internet para elaborar fórmulas caseras.
La escasez se resiente de manera particular en las familias de bajos ingresos después del retiro de producto implementado por el fabricante Abbott debido a posible contaminación. El retiro afectó a muchas de las marcas cubiertas en el programa federal WIC, el cual es similar a los cupones para alimentos y beneficia a madres, infantes y niños, aunque el programa empezó a permitir otras marcas sustitutas.
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Los padres de familia, en especial las mamás, están recurriendo a las redes sociales para atender los problemas de abastecimiento.
Ashley Maddox, una madre de dos hijos originaria de San Diego, creó el miércoles un grupo en Facebook luego de no poder encontrar fórmula para su hijo de cinco meses, Cole, en el economato de la base naval.
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“Me puse en contacto con mi amiga en mi grupo y ella tenía siete latas de la fórmula que necesito y que ella no usaba porque su bebé ya no la necesita”, comentó Maddox, de 31 años. “Así que conduje a su casa, a unos 20 minutos, la recogí y le pagué. Fue un milagro”.
Comentó que ya existe un estigma sobre ser una madre que no da pecho, y que el grupo se convirtió en un apoyo. “Da miedo no poder tener la fórmula”, declaró.
Jennifer Kersey, de 36 años, originaria de Cheshire, Connecticut, dijo que sólo le quedaba una lata de fórmula para su bebé de siete meses, Blake Kersey Jr., hasta que alguien vio su publicación en un grupo de Facebook y fue a su casa con algunas latas de muestra.
“Al principio comencé a entrar en pánico”, relató. “Pero soy una creyente en el Señor, así que dije: ”Dios, sé que vas a proveer’ y simplemente comencé a ponerme en contacto con la gente: ‘Oye, ¿tienes está fórmula?’. Dijo que ella y otras mujeres en el grupo se ayudan entre sí, localizando tiendas donde hay suministros y consiguiéndoles fórmula a las madres que la necesitan.
Kimberly Anderson, de 34 años, residente del condado de Hartford, Maryland, dijo que su hijo de siete meses y medio toma una fórmula que se obtiene con receta médica, la cual es casi imposible de conseguir en donde vive. Recurrió a las redes sociales y dijo que personas en Utah y Boston encontraron el producto, el cual pagó para que se lo enviaran.
“Dicen que se necesita un pueblo para criar a un bebé”, comentó. “No sabía que mi pueblo se extendía por todo Estados Unidos, ya que pido a mis amigos y a mi familia sus códigos postales para checar los Walmarts locales y que me envíen directamente a mí”.
Erika Thompson, de 28 años, madre de tres hijos en Wallingford, Connecticut, comentó que se convirtió en un trabajo de tiempo completo para ella localizar la fórmula hipoalergénica que necesita su hija de tres meses y medio, Everly. Dice que sus amigos de otros estados también la han buscado y le envían latas si las encuentran. Sólo le queda una pequeña lata de muestra que, según ella, podría durar un par de días más.
“Puedes viajar por todas partes —un sinnúmero de ciudades, tiendas, Amazon, en línea”, señaló. “Honestamente, es desgarrador”.
Dice que su cuerpo no es capaz de producir un suministro adecuado de leche, pero que no debería tener que explicar eso a la gente. “No es nuestra culpa”, manifestó.