Las reuniones por video desalientan el intercambio de ideas porque el participante está tan hiperconcentrado en la cara dentro del cuadro que no permite que sus ojos y mentes divaguen tanto, de acuerdo con un nuevo estudio.
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Mirar fijamente no favorece la creatividad. Si la mirada fija es considerada de mala educación en la vida presencial, es lo que se espera en la llamada por video.
Pero cuando se trata de evaluar ideas nuevas, ese enfoque de la mirada, al menos en conversaciones entre dos, parece favorecer las reuniones remotas en comparación con las presenciales, según el estudio publicado el miércoles en la revista Nature.
Los investigadores observaron a 745 parejas de ingenieros de cinco países cuando intentaban elaborar ideas creativas para usar un disco volador o plástico de burbujas. Los que se encontraban en la misma sala generaban en promedio una idea más, o sea el 17% más, que los participantes en reuniones por video. Y las ideas de las reuniones presenciales eran consideradas las más creativas por los expertos no participantes.
La autora del estudio, Melanie Brucks, profesora de psicología aplicada en la facultad de negocios de la Universidad de Columbia, dijo que el resultado era el que esperaba, pero no por la razón prevista.
Al principio pensaba que la causa era la distancia social y física: tal vez las dos personas no se conectaban tan bien o no sabían a quién le tocaba hablar. Pero diversos tests de conectividad social hallaron que las parejas reunidas por video se conectaban de la misma manera que las personas en la misma sala.
La clave la dieron los ojos. Al seguir los movimientos oculares, Brucks halló que las personas en la misma sala apartaban la vista con mayor frecuencia y echaban miradas en derredor. Las que se reunían remotamente no lo hacían.
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“Estaban demasiado concentrados en la tarea, lo cual provocaba estrechez en el pensamiento”, dijo Brucks en una entrevista por Zoom.
Esto tiene sentido porque las caras nos llevan a enfocar, dijo Adam Green, profesor de psicología de la Universidad de Georgetown, quien no participó del estudio.
“Las caras interesan a nuestros cerebros y dedicamos mucho tiempo a mirar las caras”, dijo Green, presidente de la Sociedad para la Neurología de la Creatividad. “Cuando estamos con alguien en persona, se considera de mala educación mirarle directamente a la cara por mucho tiempo”.
Las reuniones remotas funcionan de otra manera, dijo Brucks.
“No es que Zoom es malo, todo es peor. Parece que (el problema) se reduce al proceso generador, creativo», dijo Brucks,
Cuando llegó el momento de evaluar esas opciones, los ingenieros reunidos remotamente hicieron la mejor elección —de acuerdo con un equipo de expertos externos— en poco mayor medida que los reunidos en forma presencial.
El experimento comenzó antes de la pandemia y se realizó por WebEx en Portugal, Israel, Finlandia, Hungría y la India. Los resultados fueron aproximadamente los mismos en todos lados.
“Cuando intercambio ideas por Zoom, apago mi cámara”, dijo Brucks. Dice que es lo mismo que hablar por teléfono, aunque inicia la reunión con la cámara encendida para establecer una conexión personal.