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Qué son los “estados fantasma” con reconocimiento de Rusia

Lugares como Donetsk y Lugansk son financiados por Rusia, y después son utilizados en conflictos como el que se libra en Ucrania.

En la imagen, vista del interior del teatro dañado durante los combates en Mariúpol, en territorio controlado por el gobierno de la República Popular de Donetsk, en el este de Ucrania, el 4 de abril de 2022. (AP Foto/Alexei Alexandrov) (Alexei Alexandrov/AP)

Es una realidad que las guerras no sólo se libran en el campo de batalla. Desde diferentes puntos, los aliados y estrategias son de vital importancia en este tipo de conflictos bélicos.

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Cerca de los primeros 50 días de la invasión rusa a Ucrania, Vladimir Putin mueves sus piezas desde el Kremlin.

¿Qué son los “estados fantasma o “cuasi estados?

Es en este punto cuando comienzan a tomar importancia los llamados “estados fantasma”, que tienen el reconocimiento de Moscú.

También conocidos como “cuasi estados” o estados de facto, tienen las facultades de hacer la guerra, convocar elecciones, y edificar escuelas, pero carecen del reconocimiento internaciones que les permitiría convertirse en miembros plenos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Algunos ejemplos son Chipre del Norte, Taiwán, Kosovo, Somaliland o Nagorno Karabaj.

Rusia, “estado patrón”

En un artículo de The New York Times, se señala que la mayor parte de estos estados sobreviven gracias a que reciben importante apoyo del exterior.

De este modo, Rusia se colocó como ese “estado patrón” para muchos de esos “estados fantasma”, que en las últimas tres décadas han protagonizado conflicto en el espacio exsoviético.

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De hecho, para los grupos separatistas que se encuentran en Transnistria (Moldovia), Abjasia y Osetia del Sur (Georgia) y, más recientemente, Donetsk y Lugansk, el apoyo recibido por el Kremlin ha sido clave.

Con presencia rusa

En todas esas regiones se puede encontrar presencia de tropas rusas que han estado destacadas allí, a veces durante décadas.

Los soldados del gigante euroasiático llegaron a Transnistria como “fuerzas de mantenimiento de paz” a comienzos de la década de los años 90, tras una guerra librada entre milicias independentisas rusoparlantes y el Ejército de Moldavia.

Algo similar ocurrió en Abjasia y Osetia del Sur. En 2008, Moscú entró en un choque armado contra las tropas de Georgia, a las que no tuvo muchos problemas en derrotar.

Y ahora, los rusos también han apoyado abiertamente o encubierto a los grupos rebeldes de Donetsk y Lugansk, que declararon su independencia de Ucrania en 2014, año en que el Kremlin se anexó a Crimea.

Y como en otros territorios, el pasado 21 de febrero, Putin reconoció su independencia y autorizó la entrada de tropas para cumplir el “mantenimiento de paz”.

La política de Putin

“Esto forma parte de la política de Moscú desde 1989, que consiste en mantener presencia en esos territorios, a través de fuerzas militares más o menos activas, con el fin de mantener débiles a esos estados (Moldavia, Georgia y Ucrania) que considera como parte de su zona de influencia, buscando cooptar parte de su población para así seguir extendiendo su influencia de forma palpable al controlar territorios de facto.

“Putin ha sido muy consciente de que mientras más conflictos internos hay en una sociedad, esta se vuelve más débil en la escena internacional”, dijo Dahlia Scheindlin, analista especializada en política exterior y relaciones internacionales.

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