Funcionarios europeos de salud dicen que es demasiado temprano para considerar ofrecerles una cuarta dosis de las vacunas de ARNm contra el coronavirus a las mayorías de las personas, pero dicen que un refuerzo adicional puede ser administrada a las personas mayores de 80 años.
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En una declaración conjunta el miércoles, la Agencia Europea de Medicamentos y el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades dijeron que habían revisado los datos para una cuarta dosis de las vacunas producidas por Pfizer-BioNTech y Moderna Inc. Los mismos incluyen datos en vida real de Israel, donde estudios han mostrad que un segundo refuerzo ofrece una protección marginalmente más elevada.
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“No existe evidencia actualmente en la UE de que la protección de la vacuna contra síntomas graves se esté desvaneciendo substancialmente en adultos con sistemas inmunológicos normales de entre 60 y 79 años”, dijeron las agencias. Pero reconocieron que, si la situación de la pandemia cambia, sería necesario considerar un segundo refuerzo para ese grupo.
Para los adultos menores de 60 años sin problemas de salud subyacentes, “no hay actualmente evidencia conclusiva de que protección de la vacuna contra síntomas severos esté desvaneciéndose ni de que exista un valor adicional en una cuarta dosis”, dijeron.
La recomendación contrasta con la directriz emitida por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, que decidió la semana pasada que las personas de 5 años o mayores pueden recibir un segundo refuerzo si han pasado al menos cuatro meses desde su última vacunación.
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Más adelante, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos recomendaron un refuerzo adicional como opción, pero no llamaron a los elegibles a apresurarse a recibirlo. Esa decisión expandió la dosis adicional a millones de personas más en el país.
Las recomendaciones europeas se producen en momentos en que muchos países en el continente han suspendido la mayoría de sus restricciones por la pandemia y enfrentan un aumento de los casos creado por una infecciosa subvariante de ómicron, BA.2. Esa variante, con síntomas más ligeros, no ha hecho subir los números de hospitalizaciones y muertes como en las previas y las autoridades en muchos países esperan que las altas tasas de inmunización evitarán problemas mayores ara la sociedad.