NUEVA DELHI (AP) — La decisión de India de abstenerse en la votación sobre una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exige a Rusia que desista de su invasión a Ucrania no significa que apoye a Moscú, según varios expertos, sino que refleja la dependencia de Nueva Delhi de su aliado en la Guerra Fría en materia de energía, armas y apoyo en los conflictos con sus vecinos.
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India deploró el viernes que los países abandonaran el camino de la diplomacia, pero se negó a votar a favor de una resolución que habría significado alterar unas relaciones con Rusia que se remontan a siete décadas. Rusia vetó la resolución, en tanto China y Emiratos Árabes Unidos se abstuvieron.
“No hemos apoyado lo que ha hecho Rusia. Nos hemos abstenido. Es lo correcto, dadas las circunstancias”, explicó G. Parthasarthy, un diplomático indio retirado.
El primer ministro Narendra Modi, en una conversación telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin el jueves, abogó por un “cese inmediato de la violencia”. Modi pidió que se realicen esfuerzos para retornar a la diplomacia y declaró que las “diferencias entre Rusia y el grupo OTAN solamente se pueden resolver mediante el diálogo honesto y sincero”.
Anteriormente, India dependía de la entonces Unión Soviética y su poder de veto en el Consejo de Seguridad en su disputa sobre Cachemira con su rival Pakistán.
El territorio en el Himalaya está dividido entre India y Pakistán, pero ambos los reclaman en su totalidad. India acusa a Pakistán de apoyar a los rebeldes armados en Cachemira en un conflicto que ha causado decenas de miles de muertos y dos guerras entre los dos rivales, poseedores de armas nucleares.
India observó con ojo suspicaz cuando el primer ministro paquistaní, Imran Khan, aterrizó en Moscú en momentos que comenzaba la invasión de Ucrania. Putin y Khan conversaron durante casi tres horas en medio de la crisis.
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La guerra en Ucrania acrecentó los retos que enfrenta Nueva Delhi, tanto en Cachemira como en su frontera con China en las montañas. Pakistán y China parecen tomar partido por Rusia mientras India cree que Moscú tiene la influencia necesaria para que Beijing modifique su postura intransigente en el diferendo fronterizo.
Un enfrentamiento fronterizo en junio de 2020 causó al menos 20 bajas en las tropas indias y cuatro en las chinas. Desde entonces, persisten las tensiones a la par de las conversaciones.
Al continuar los combates en Ucrania, varias organizaciones marcharon el sábado en la capital india para exigir el cese de la agresión rusa y presionar al gobierno indio para que evacúe a miles de indios, en su mayoría estudiantes, que están varados allí.
Pratap Sen, un estudiante de 20 años, dijo que la decisión de abstenerse en el Consejo de Seguridad tal vez no era ideal, pero que era la mejor opción en esas circunstancias. “La política internacional es como el salvaje, salvaje oeste. (India) debe buscar un equilibrio entre Estados Unidos con el mundo occidental y Rusia, un aliado estrecho de India desde hace décadas”, afirmó.
Según C. Raja Mohan, investigador del Asia Society Policy Institute, el problema es que India sigue dependiendo de las armas rusas.
“Este no es un asunto abstracto”, dijo. “El hecho es que India está en guerra con China. India está enfrentada cara a cara con China sobre una frontera disputada”.
India y Rusia se han fijado el objetivo de alcanzar 30.000 millones de dólares en comercio bilateral para 2025. India también depende de Rusia para su petróleo y gas.
Importó de Rusia 1,8 millones de toneladas de carbón para uso térmico en 2021 y recibe el 0,2% de las exportaciones rusas de gas natural. La empresa estatal Gas Authority of India Limited tiene desde 2018 un contrato a 20 años con Gazprom de Rusia para 2,5 millones de toneladas anuales de gas natural licuado, según informes de la prensa india.
Modi y Putin se reunieron el año pasado para discutir relaciones militares y comerciales. Firmaron un acuerdo para ampliar su cooperación en tecnología durante la próxima década.
La compra de misiles rusos S-400, que India considera cruciales para enfrentar a China, también podría ser un factor de irritación en las relaciones con Estados Unidos. El S-400 es un sistema defensivo de misiles tierra-aire que le da a India una disuasión estratégica frente a Pakistán y China.
Nueva Delhi ha pedido el apoyo de Washington y sus aliados para enfrentar a China, un terreno común para la alianza de seguridad del Indo-Pacífico conocida como “Quad” que incluye también a Australia y Japón.
Además, India ha diversificado su armamento con compras a Estados Unidos. Bajo la presidencia de Donald Trump, Estados Unidos e India firmaron contratos de defensa por un valor superior a los 3.000 millones de dólares, El comercio bilateral de defensa, que era de casi cero en 2008, sumó 18.000 millones de dólares en 2019.
A medida que se profundiza la crisis en Ucrania, el problema real para India es cómo navegará ante las sanciones internacionales contra Rusia.
La compra de misiles a Moscú coloca a India en situación de sufrir sanciones de Estados Unidos desde que Washington pidió a sus socios que se abstengan de comprar armamento ruso.
“El problema para India apenas comienza. Tiene la necesidad urgente de romper con la dependencia de las armas rusas”, afirmó Raja Mohan.
Según el politólogo Noor Ahmed Baba, los países occidentales probablemente estarán disgustados con India, pero tampoco pueden darse el lujo de enemistarse con Nueva Delhi.
“Después de todo, los países equilibran los principios con la maniobra política y la diplomacia”, explicó. “No solamente favorece a India estar con Occidente, sino que ellos necesitan a India”.
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El periodista de The Associated Press Shonal Ganguly contribuyó para este reportaje