Varios miembros del Congreso estadounidense llamaron a los estados a resolver las brechas en sus financiamientos para escuelas en el sistema de becas universitarias que desfavorece a universidades y colegios históricamente negros (HBCUs).
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En una carta a los gobernadores, vicegobernadores y líderes de legislaturas estatales en 18 estados, seis representantes demócratas dijeron que el financiamiento estatal equitativo es esencial para que las universidades de concesión de tierras, como se conoce el sistema, alcancen su potencial. La carta, compartida primero con The Associated Press, resalta además el papel que han tenido los HBCUs en la innovación para los suministros alimentarios de la nación.
“Para que la agricultura estadounidense continue resistente, segura y competitiva globalmente, debemos garantizar inversiones equitativas en nuestras instituciones de becas que han sido motores de la innovación”, escribieron los representantes David Scott, Sanford Bishop , Bobby Scott, Salma Adams, Stacey Plaskett y Al Lawson .
El sistema de universidades de concesión de tierras fue establecido en 1862 por la Ley Morrill, que les dio tierras públicas a los estados para establecer colegios dedicados a agricultura y mecánica.
En 1890, la segunda Ley Morrill estableció 19 universidades públicas para estudiantes negros en antiguos estados confederados y las incorporó al sistema. Las escuelas, a veces mencionadas como instituciones de 1890, debían recibir fondos del gobierno federal además de sumas correspondientes en respaldo del estado.
Sin embargo, no todos los estados cumplen su parte del financiamiento, dejando las escuelas buscando alternativas como fuentes no federales o forzadas a renunciar a la parte federal del financiamiento, a menos que soliciten una exención.
En contraste, no se pueden conseguir exenciones para las instituciones de concesión de tierras de 1862, que son típicamente financiadas por sus estados.
La disparidad financiera entre las HBCUs — que incluyen concesión de tierras, escuelas privadas y públicas — y otras instituciones de enseñanza superior en muchas formas refleja la disparidad racial de riqueza. Un reporte de la Century Foundation concluyó que como promedio, la dotación financiera por pupilo en las escuelas públicas no HBCUs es tres veces la de las HBCUs públicas.