Tres años después de que Adrián Díaz le pidió a Madison Hubbell que se casara con él en un acantilado con una vista romántica del puerto de Barcelona, los dos patinadores olímpicos esperan ansiosos planear su boda soñada.
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Aunque primero deberán pasar el Día de San Valentín de la forma más extraña posible: compitiendo el uno contra el otro.
Hubbell y su pareja de muchos años, Zachary Donohue, están en el tercer sitio y apuntan a una medalla cuando el dúo estadounidense concluya su competencia este lunes de danza libre sobre hielo. Díaz y su pareja, Olivia Smart, están más abajo en la tabla de posiciones que intentarán mejorar con su danza rítmica con una actuación memorable para España.
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“Nunca ha sido una pelea cerrada”, reconoció Díaz de forma tímida.
De hecho, Hubbell y Donohue están entre la élite en patinaje sobre hielo en el mundo, una pareja que alguna vez estuvieron involucrados fuera del hielo, pero eran tan buenos en competencia que prefirieron seguir haciendo equipo — y mejores amigos — a pesar de que su relación sentimental terminó. En el camino, ganaron un par de medallas de plata en el campeonato mundial y fueron cuarto lugar en los Juegos de Pyeongchang.
Díaz y Smart nunca han terminado dentro de los mejores 10 en los campeonatos del mundo.
Así es que sí, las dos parejas están compitiendo una contra otra en sentido literal. Pero en el sentido práctico, no hay mucha competencia. Y ello le quita todo el estrés a lo que podría ser una situación truculenta y delicada, permitiendo a Hubbell y Díaz ser su mejor soporte y aficionados cuando tienen una ligera oportunidad de sentarse en las gradas.
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Como sucedió en el evento por equipos la semana pasada, cuando Hubbell ayudó a Estados Unidos a ganar la medalla de plata — que podría convertirse en oro cuando concluya el escándalo de dopaje ruso. España no tuvo equipo en la competencia.
“Fue muy especial para mí poner tener a mi prometido en las gradas”, dijo Hubbell, “porque generalmente estamos enfocados en nuestros eventos tanto que no tenemos oportunidad de vernos competir en persona. Así que estoy muy feliz de tenerlo ahí”.
Hay algunas parejas en la vida real en los Juegos Olímpicos de Invierno, y se dicen afortunados: el sistema de ciclo cerrado para prevenir brotes de COVID-19 incluye la prohibición de visitantes extranjeros, así que quienes llegaron a Beijing con su pareja como entrenador, compañero de equipo o, incluso, rival podrán pasar el día de San Valentín juntos.