QUITO (AP) — Las flores ecuatorianas suelen llegar a distintos rincones del mundo en tiempos de San Valentín, pero este año habrá más de dos toneladas que no se convertirán en ramos para conquistar corazones el 14 de febrero.
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La falta de vuelos, frecuencias y contenedores para exportar este delicado producto a mercados de Estados Unidos, Canadá y Europa provocó que 2.500 toneladas de flores, especialmente rosas, terminen en la basura orgánica. Alejandro Martínez, presidente de la mayor organización de productores de flores de Ecuador —Expoflores— explicó a The Associated Press que millones de tallos y pétalos se convertirán en abono “por todos los costos de producción que han tenido, tratamiento, cosecha, agua electricidad, entre otras”.
La cantidad de flores perdidas significan entre 20 y 25 millones de dólares de pérdidas.
“Más allá de no exportar, lo crítico es la inversión que se pierde, inversión ecuatoriana que se va a la basura, inversión que no genera empleo, que nos impide crecer”, destacó Martínez, y advirtió que la situación provocará ajustes de todo tipo en las fincas de producción, entre otros reducción de personal.
Para la fiesta de San Valentín, que equivale al 30% de las ventas de flores ecuatorianas anualmente, los productores esperaban exportar unos 235 millones de dólares, pero, si no hay más inconvenientes, llegarán a alrededor de los 205 millones.
Martínez destacó que el principal destino de las flores ecuatorianas es Estados Unidos, donde hay un efecto pospandemia de marcado crecimiento y consumo que se traduce en “una gran oportunidad para recuperar parte de la producción que se perdió en pandemia, pero eso, para los productores ecuatorianos, está condicionado al tema de la logística que se ha complicado en todo sentido, marítimo, terrestre y aéreo».
Para explicar el tema del transporte, Martínez dijo que Ecuador importa poco y exporta mucho: hasta 2008 por cada tonelada métrica de importación se exportaban cinco. Este año, por cada tonelada importada, se envían 13 toneladas. “Los aviones llegan casi vacíos y van repletos, lo que encarece los precios de los fletes”.
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Además, los floricultores deben afrontar lentos procesos de despacho en las aduanas y trabados procesos burocráticos, que retrasan los envíos y encarecen los costos, haciendo que las flores pierdan valor.
Las flores son el cuarto producto de exportación de Ecuador, con ventas en 2021 de 835 millones de dólares anuales, después del camarón, banano y pescado. Entre las variedades de rosas más solicitadas para San Valentín están la Freedom, Explorer y Fortune, todas de un rojo intenso, símbolo a nivel internacional de amor y pasión, aunque junto a las rosas, esta fiesta también genera pedidos de otras flores y de follaje.
El gerente de Sacha Roses, Guillermo Bustamante, afirmó a la AP que para tener una producción adecuada para el 14 de febrero las fincas deben empezar a trabajar 105 días antes, con mucho de ciencia y un toque de suerte, porque “si hay días muy soleados, la flor sale antes y no coincidirá con los despachos y si hay mucha nubosidad, la producción saldrá más tarde de lo esperado y no podrá ser enviada”. Precisó que todo el trabajo está diseñado para aprovechar una ventana de exportación de tan solo 15 días, que “empieza alrededor del 25 o 26 de enero y termina el 9 o 10 de febrero. Es una ventana muy corta”.
Bustamante explicó que la semana pasada los problemas logísticos ocasionaron largas filas de camiones cargados de flores en las afueras del aeropuerto de Quito, con rangos de espera de hasta de 24 horas, y “aunque los vehículos tienen refrigeración, no siempre se logra evitar que la flor se deteriore y se pierda”. Aclaró que el producto que no es vendido al exterior, no puede ir al mercado interno y sin remedio va a parar como materia prima para hacer abono en las fincas.
Al interior de Ecuador, hay muchos que esperan flores para festejar San Valentín.
María Paula López, estudiante universitaria y modelo, dijo a la AP que las flores —las rosas rojas— son un regalo ideal para el día del amor. “Considero que es un detalle elegante y que, eventualmente, puede convertirse en un primer paso y en una de las llaves para acceder a mi corazón”. A pesar de los inconvenientes de los floricultores ecuatorianos, la joven de 23 años mantiene que las rosas representan un regalo “de mayor valor simbólico, porque es algo más tierno, más personal que otros elementos. Para mí tienen más significado porque son bellas y efímeras”.