KIEV, Ucrania (AP) — Los esfuerzos diplomáticos para suavizar las tensiones en torno a Ucrania continuaban el martes con la visita del presidente de Francia, Emmanuel Macron, a Kiev un día después de una reunión de varias horas con el líder ruso en Moscú que no apreció arrojar avances.
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Está previsto que Macron se reúna con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, mientras crecen los temores a una invasión rusa. Moscú acumula más de 100.000 soldados cerca de las fronteras ucranianas pero insiste en que no tiene planes para atacar a su vecino. El Kremlin ha exigido a Occidente garantías de que la OTAN no aceptará a Ucrania y a otras antiguas naciones soviéticas como miembros, suspenderá el despliegue de armas allí y retirará a sus fuerzas de Europa del Este, algo que tanto Washington como la alianza rechazan por considerarlas inútiles.
En las últimas semanas, los líderes occidentales han iniciado contactos diplomáticos de alto nivel con la esperanza de rebajar las tensiones y evitar un ataque.
Macron se sentó el lunes con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en una reunión que se prolongó por más de cinco horas. Tras el largo encuentro, los dos líderes hicieron hincapié en la necesidad de continuar con el diálogo y dejaron constancia de sus desacuerdos.
Putin destacó que Estados Unidos y la OTAN han ignorado las peticiones de Moscú, pero dejó clara su disposición a seguir negociando.
Además, advirtió que la entrada de Ucrania a la OTAN podría desencadenar una guerra entre Rusia y la alianza. “Si Ucrania se convierte en miembro de la OTAN y trata de recuperar Crimea, los países europeos se verán arrastrados automáticamente a un conflicto militar con Rusia”, apuntó Putin, quien destacó que “no habrá ganadores”.
Macron señaló que mantuvo una discusión “sustancial, profunda” con su homólogo, centrada en las condiciones que podría ayudar a una desescalada.
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“Tratamos de construir elementos convergentes (…) Los próximos días serán cruciales y se necesitarán discusiones profundas juntos”, dijo Macron agregando que es deber de Europa hallar una solución para tratar de reconstruir las buenas relaciones con Moscú.
En Washington, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, se reunió con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el lunes. El líder alemán viajará también a Kiev y Moscú el 14 y el 15 de febrero.
Biden prometió que el gasoducto Nord Stream 2 entre Rusia y Alemania, cuya construcción está completada pero aún no entró en funcionamiento, sería bloqueado en caso de que Moscú decida invadir Ucrania. Esta medida podría afectar a la economía rusa pero también podría causar problemas de suministro en Alemania.
“Es necesario que Rusia entienda que podrían ocurrir muchas más cosas de las que quizá haya calculado” en caso de una invasión, comentó Scholz.
Las autoridades estadounidenses han presentado la amenaza de una ofensiva sobre Ucrania como inminente, advertencias que Moscú ha rechazado acusando a Washington de avivar las tensiones en torno a Ucrania.
Rusia y Ucrania están inmersas en un amargo tira y afloja desde 2014, cuando, tras el derrocamiento de un presidente afín al Kremlin, Moscú se anexionó Crimea y respaldó a la insurgencia separatista en el este del país. Los combates entre los rebeldes apoyados por Rusia y las fuerzas ucranianas se han cobrado más de 14.000 vidas desde entonces.
En 2015, Francia y Alemania ayudaron a mediar un acuerdo de paz para el este de Ucrania, conocido como los acuerdos de Minsk, que redujo las hostilidades a gran escala en la región, pero no lograron una solución política para el conflicto.
Tras el encuentro con Macron el lunes, Putin declaró, sin entrar en detalles, que algunas de las propuestas del presidente francés podrían servir de base para la resolución del conflicto en el este de Ucrania y añadió que acordaron hablar por teléfono tras la visita de Macron a Kiev.