CINCINNATI (AP) — Joe Burrow no quería ser quarterback.
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Cuando el actual astro de los Bengals comenzó a jugar fútbol americano, en el tercer grado, consideró que, en vista de que en ese nivel infantil no se lanzaban muchos pases, le hacía falta más acción y contacto físico.
Por lo tanto, prefería jugar como corredor o receptor.
“No elegí ser quarterback”, dijo Burrow. “Fui a mi primera práctica infantil, y el entrenador en aquel momento, Sam Smathers, a quien todavía veo cuando voy a casa, me preguntó básicamente si quería ser quarterback, y yo le respondí: ‘No realmente’. Pero entonces me dijo: ‘Bueno, de todos modos vas a ser el quarterback, ¡qué mal!’».
Smathers no recuerda específicamente haber obligado a Burrow a jugar como quarterback, pero reconoce que eso es posible. La decisión era obvia, particularmente después de que se enteró de que Joey era hijo de Jimmy Burrow, quien se desempeñaba como coordinador defensivo bajo las órdenes de Frank Solich en la Universidad de Ohio.
“Teníamos a otros dos chicos que eran más grandes y podían jugar en esa posición, pero el conocimiento, el coeficiente intelectual de fútbol americano que noté en él a esa edad fue algo asombroso”, rememoró Smathers, quien tiene 56 años y vive muy cerca del campo de la secundaria en Athens, rebautizado ahora como Joe Burrow Stadium. “Luego averigüé quién era su papá. Venía de una familia de fútbol americano, y eso me hizo entender de dónde había obtenido eso.
“Él podía recordar las jugadas, encontraba fácilmente el ritmo. Luego averiguamos que podía lanzar el balón realmente bien”, añadió Smathers. “Así fue básicamente como esto empezó. Él tenía un buen coeficiente de fútbol americano, incluso en el tercer grado”.
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Buena decisión. Burrow condujo a la secundaria de Athens —a dos horas y media de Cincinnati— hacia la final estatal en 2014. Lanzó seis pases de anotación en una derrota por 56-52 ante Toledo Central Catholic.
Ganó el trofeo Heisman y el campeonato nacional en LSU antes de ser la primera selección general en el draft de 2020. En su segunda temporada dentro de la NFL, ha llevado a los Bengals al Super Bowl.
Los hermanos Peyton y Eli Manning, ganadores del Super Bowl, fueron guiados por su padre Archie para que se desempeñaran como quarterbacks desde el momento en que pudieron sostener un balón. En contraste, Burrow comenzó deseando jugar una posición que requiriera más desgaste y contacto.
Amaba también la defensiva. Jugó como cornerback en la secundaria, pero sólo hasta donde lo permitía su entrenador, quien buscaba protegerlo.
Tras sufrir una terrible lesión de rodilla en su campaña de novato con los Bengals, Burrow se recuperó en 2021. Quebró los récords de la franquicia al completar más del 70% de sus pases en la temporada regular, para 4.611 yardas y 34 anotaciones.
Hizo jugadas críticas en las tres victorias electrizantes de Cincinnati durante la postemporada.
“Evidentemente estoy agradecido de que todo saliera así”, dijo Burrow. «Ésta es mi carrera. No sé si hubiera sido un receptor en la NFL. Probablemente es un sueño loco, pero puedo jugar bien como quarterback.
“Y pienso que la parte favorita de jugar como quarterback es que hay grandes jugadores en cada posición en la NFL, pero pienso que sólo unos cuantos afectan el desarrollo del partido de un modo tan drástico. La posición de quarterback puede afectar el partido en muchos modos y en cada jugada. Me gusta tener el balón en mis manos en cada jugada y ser capaz de ganar o perder por lo que hago”.
Tyler Boyd, receptor de los Bengals, se dijo agradecido por el hecho de que Burrow haya encontrado su camino para ser quarterback. Sin embargo, piensa que el astro de Cincinnati pudo haber sido un buen receptor.
“Ser el quarterback es para mí ser el mejor jugador en el terreno, porque tienes que preocuparte por más cosas”, dijo Boyd. “Tienes que diagnosticar más información y ayudar a que la gente se coloque para hacer las jugadas… Pero sí creo que Joe podría hacer las cosas de un receptor”.