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Amnistía se une a grupos que acusan a Israel de apartheid

En esta imagen de archivo, palestinos emplean una escalera para escalar el muro de separación con Israel mientras se dirigen a rezar a la mezquita de al-Aqsa, en Jerusalén, durante el mes sagrado musulmán del Ramadán, en Al-Ram, al norte de Jerusalén En esta imagen de archivo, palestinos emplean una escalera para escalar el muro de separación con Israel mientras se dirigen a rezar a la mezquita de al-Aqsa, en Jerusalén, durante el mes sagrado musulmán del Ramadán, en Al-Ram, al norte de Jerusalén, el 11 de julio de 2014. (AP Foto/Majdi Mohammed, arcbivo) (Majdi Mohammed/AP)

JERUSALÉN (AP) — Amnistía Internacional dijo el martes que Israel ha mantenido “un sistema de opresión y dominación» sobre los palestinos que se remonta a su establecimiento en 1948 y que se ajusta a la definición internacional de apartheid.

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Con la publicación de un reporte de 278 páginas elaborado durante cuatro años, el grupo de defensa de los derechos humanos con sede en Londres se une a Human Rights Watch y al grupo israelí B’Tselem al acusar a Israel de apartheid, tanto dentro de sus fronteras como en los territorios ocupados.

Sus conclusiones forman parte de un creciente movimiento internacional para redefinir el conflicto palestino-israelí como una lucha por la igualdad de derechos en lugar de como una disputa territorial. Esos esfuerzos han ganado fuerza en la década transcurrida desde la paralización del proceso de paz, a medida que Israel ha consolidado su control sobre los territorios ocupados alejándose de la idea de un estado palestino.

Israel rechaza cualquier acusación de apartheid y alega que sus ciudadanos árabes tienen igualdad de derechos. Concedió una autonomía limitada a la Autoridad Palestina en el apogeo del proceso de paz en la década de 1990, y retiró a sus soldados y colonos de Gaza en 2005.

Pero Amnistía y los otros grupos dicen que la propia fragmentación de los territorios en los que viven los palestinos forma parte de un régimen general de control diseñado para mantener la hegemonía israelí desde el mar Mediterráneo al río Jordán.

Señalan las políticas discriminatorias dentro de Israel y en el incorporado este de Jerusalén, el bloqueo israelí a la Franja de Gaza — que está gobernada por el grupo insurgente Hamas desde 2007 — y su anexión de facto de Cisjordania, donde ejerce un control total y está construyendo y ampliando los asentamientos judíos que la mayoría de la comunidad internacional considera ilegales.

Los palestinos llevan décadas acusando a Israel de apartheid, y el presidente Mahmud Abás reiteró la acusación el pasado septiembre en un encendido discurso ante Naciones Unidas.

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Según Amnistía, estas políticas se remontan a la creación de Israel en 1948. Alrededor de 700.000 palestinos huyeron o fueron expulsados durante la guerra árabe-israelí que rodeó a su establecimiento. Eran cerca del 80% de la población palestina en lo que ahora es Israel. Israel prohibió además el regreso de los refugiados para mantener su mayoría judía.

Los palestinos que se quedaron en Israel vivieron bajo un régimen militar hasta poco antes de la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando Israel capturó Jerusalén este, Cisjordania y Gaza, los territorios que los palestinos quieren para su futuro estado.

A día de hoy, los palestinos que viven en Israel tienen la ciudadanía, incluyendo el derecho al voto, y algunos han llegado a las altas esferas de los negocios, el derecho, la medicina y el entretenimiento. Pero, en general, enfrentan una discriminación generalizada en áreas como la búsqueda de empleo y de vivienda. En Cisjordania viven bajo el dominio militar israelí, mientras que los residentes en Gaza sufren el asfixiante bloque egipcio-israelí.

Los palestinos representan alrededor del 20% de los 9,4 millones de habitantes de Israel. Pero las poblaciones judía y árabe son casi iguales si se incluye a Gaza y Cisjordania.

“Desde su creación en 1948, Israel ha seguido una política de establecimiento y mantenimiento de una hegemonía demográfica judía y de maximización de su control de la tierra para beneficiar a los judíos israelíes, al tiempo que restringe los derechos de los palestinos e impide que los refugiados palestinos regresen a sus casas», apuntó Amnistía. “Israel ha ampliado su política a Cisjordania y a la Franja de Gaza, que ha ocupado desde entonces».

Israel rechazó los reportes previos por considerarlos parciales, pero ha adoptado una postura más beligerante hacia Amnistía, acusándola de antisemitismo y de deslegitimar la propia existencia de Israel antes incluso de la publicación de su reporte.

“Su lenguaje extremista y la distorsión del contexto histórico fueron diseñados para demonizar a Israel y echar leña al fuego del antisemitismo», dijo el Ministerio de Exteriores.

El canciller, Yair Lapid, apuntó que Amnistía se estaba haciendo eco “ de las mismas mentiras compartidas por las organizaciones terroristas”.

“Israel no es perfecto, pero somos una democracia comprometida con el derecho internacional, abierta a las críticas, con libertad de prensa y un sistema judicial fuerte e independiente», afirmó Lapid en un comunicado.

Ninguno de los informes comparó a Israel con el apartheid en Sudáfrica, donde entre 1948 y 1994 estuvo en vigor un sistema basado en la supremacía blanca y la segregación racial. En su lugar, evaluaron las políticas israelíes en base a convenios internacionales como el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que define apartheid como “un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemática de un grupo racial sobre cualquier otro».

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El periodista de The Associated Press Jamey Keaten en Ginebra contribuyó a este despacho.

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