CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El gobierno de Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos que eviten un hospital ubicado en un popular destino de playa de México, tras años de quejas de que dicho centro médico se aprovecha de los estadounidenses, cobrándoles de más, intimidándolos y negándose a entregar sus historiales médicos.
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Cada mes, más de 100.000 turistas estadounidenses llegan a Los Cabos, en el extremo sur de la península de Baja California, atraídos por sus playas y su espectacular paisaje desértico. Pero al parecer, no sólo son una fuente de ingresos para los hoteles y restaurantes de las ciudades gemelas de Cabo San Lucas y San José del Cabo, sino también para el Saint Luke’s Hospital de Cabo San Lucas.
Los ciudadanos estadounidenses han presentado múltiples quejas en las que afirman que el hospital exigía decenas de miles de dólares en pagos por adelantado, amenazaba a los familiares de los pacientes y se negaba a divulgar los informes clínicos sobre la atención que realmente había brindado. Esto llevó al consulado de Estados Unidos en Tijuana a emitir el miércoles una inusual “alerta sanitaria” sobre las prácticas comerciales del Saint Luke’s Hospital.
“Los ciudadanos estadounidenses han informado de casos en los que se ha retenido la atención médica hasta que se recibe un pago, no les han facilitado listas detalladas de los cobros, ordenan procedimientos innecesarios, retienen los pasaportes estadounidenses, obstruyen los traslados médicos y se niegan a dar el alta a los pacientes hasta que paguen”, dijo el consulado en la alerta.
El hospital se negó a comentar cuando se le solicitó por teléfono y correo electrónico el jueves.
El consulado exhortó a los ciudadanos estadounidenses a acudir a otros hospitales enlistados en su página web.
Existe cierta evidencia de que este hospital paga o compensa de otro modo a las ambulancias y los hoteles para que envíen allí a los pacientes estadounidenses.
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El consulado escribió: “Por favor, tenga presente que los hoteles y centros turísticos en la zona de Los Cabos pueden tener contratos o relaciones informales con Saint Luke’s Hospital”.
Se trata de una aparente referencia a las publicaciones de los medios de comunicación locales, según las cuales el hospital paga a los conductores de ambulancias para que canalicen a los pacientes estadounidenses hacia el Saint Luke’s.
Al parecer, esta práctica es añeja. En un foro en inglés para viajeros y residentes de Los Cabos se publicó un comentario hace seis años que decía: “Sepan que Saint Luke’s tiene perseguidores de ambulancias todo el tiempo”.
“Al parecer, los conductores cobran una jugosa comisión por recogerte en la calle y llevarte al Saint Luke’s”, según el post de un agente de viajes. «Mis amigos de Cabo me dijeron que mientras pudiera hablar, siguiera gritando ¡No me lleves al Saint Luke’s!”.
Tal vez uno de los relatos más desgarradores fue escrito en una queja formal presentada en agosto por Scott Lairson, un hombre de Los Ángeles cuya esposa, Patricia Lairson, fue llevada de urgencia al Saint Luke’s Hospital mientras la pareja se encontraba de vacaciones en ese lugar en junio. Se le diagnosticó insuficiencia respiratoria aguda y neumonía a causa del COVID-19.
Patricia Lairson tuvo graves problemas respiratorios y fue tratada en el Saint Luke’s durante 12 días.
Recibió un buen tratamiento, pero los administradores del hospital fueron muy agresivos al decirle a su marido que trasladarían a su mujer al hospital comunitario si no pagaba inmediatamente 50.000 dólares y que no podría visitarla.
Scott Lairson cargó 10.000 dólares en su tarjeta de crédito, pero no tenía más dinero. Al final pagó 25.000 dólares para que la trasladaran a Arizona, donde murió. El hospital facturó a su compañía de seguros, United Healthcare, un millón de dólares, pero nunca facilitó los historiales médicos específicos de cada tratamiento para justificar esa cifra.
Lairson escribió que Mario Trejo Becerril, el director del hospital, le dijo: “Quiero ese depósito hoy mismo, sales y llamas a tu familia, a quien tengas que llamar o no vuelvas a este hospital”.
“Y si me entero de que grabas conversaciones con tu teléfono, ¡no volverás a ver a tu mujer!”, relató Lairson.
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Spagat informó desde San Diego.