SYDNEY (AP) — El estado más poblado de Australia, Nueva Gales del Sur, impuso el miércoles la obligación de informar sobre los resultados de las pruebas rápidas de antígenos, tras registrar su jornada más letal de la pandemia, con 21 muertes.
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El primer ministro del estado, Dominic Perrottet, dijo que los residentes que no registren una prueba rápida de antígeno con resultado positivo se enfrentarán a una multa de hasta 1.000 dólares australianos (721 dólares estadounidenses) a partir de la próxima semana.
Según Perrottet, el proceso de registro es sencillo y ayudará a las autoridades sanitarias a prestar más apoyo a las personas con problemas de salud subyacentes.
Las 21 muertes por COVID-19 registradas en Nueva Gales del Sur el miércoles superaron el récord anterior de 18, que fue establecido apenas el lunes. En el estado se reportaron 34.759 nuevos casos de COVID-19 y 2.242 hospitalizados, incluidos 175 pacientes en cuidados intensivos.
En el estado de Victoria, cuya capital Melbourne albergará el Abierto de Australia de tenis a partir de la próxima semana, también se registraron 21 muertes el miércoles, junto con 40.127 nuevos casos, mientras el gobierno estatal anunciaba que se contrataría a 1.000 estudiantes de primer año de asistencia sanitaria y a enfermeras jubiladas como personal de vacunación para satisfacer la creciente demanda de vacunas de refuerzo.
El viceprimer ministro James Merlino dijo que el sistema de salud del estado está bajo presión, ya que unos 6.600 trabajadores están fuera de servicio tras haber dado positivo a coronavirus o haber estado en contacto con un caso positivo.
Las nuevas disposiciones sobre la pandemia que entran en vigor en Victoria el miércoles hacen obligatorias las vacunas de refuerzo para los trabajadores críticos de diversos ámbitos, como la atención sanitaria, la atención a los discapacitados, la atención a los ancianos, los servicios de emergencia, los centros penitenciarios, la cuarentena de los hoteles y la distribución de alimentos.
Los trabajadores de producción, distribución y envasado de bebidas y alimentos podrán seguir trabajando después de haber estado en contacto con un caso positivo de COVID-19.