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Por Verónica KlingenbergerPeriodista@vklingenberger
- Supongamos que renuncia (o ya renunció a la hora que leas esto). O que el Congreso lo destituye. La mirada más pesimista apuntaría a otro fiscal títere pero nuevecito. Con suerte tendría al menos una pizca de carisma, pero su condición de peón no cambiaría. La más optimista esperaría a un fiscal de la Nación honesto, con un pasado limpio y sin conexión con ‘los hermanitos’. ‘Sí se puede’, gritaba la gente afuera de la conferencia de prensa de José Domingo Pérez y Rafael Vela el pasado martes 1 de enero. La decencia y la valentía son valoradas por millones de peruanos. Vizcarra ahora tiene compañía en el podio de la popularidad: Pérez y Vela. Ser honorable puede darte más poder (y paz) que cualquier negociado sucio.
- ¿Quién mandó al fiscal de la Nación a hacer lo que hizo? Los sospechosos son los poderosos que quieren zafar de la justicia, de nuevo. El mismo Chávarry esquivó en agosto una investigación de JDP en su contra gracias al apoyo de sus aliados fujimoristas y al expresidente Alan García, que hoy es el único que sigue apoyándolo. Amor con amor se paga, dicen.
- Pase lo que pase, el país no es el mismo. Ya nadie quiere comerse más sapos y por fin hemos entendido -y así lo demostraron miles de jóvenes que salieron a marchar el mismo 31 por la noche- que la corrupción nos afecta personalmente, día a día.
- La calle, señalada con el dedo por el fujiaprismo como plaza de revoltosos rojimios, ha vuelto a ser ese espacio en el que la ciudadanía le recuerda a los funcionarios públicos para quién trabajan. La marcha de hoy promete ser multitudinaria y ojalá termine por desanimar por completo a la mafia. ‘Salgan con las manos en alto, están rodeados’: Ya es hora de que se rindan.
- Vizcarra ha sabido aprovechar cada una de las crisis que le ha tocado enfrentar como presidente. Y ha actuado siempre con muñeca política. Muchos aseguran que la tiene fácil debido al apoyo popular, pero ese apoyo popular no es gratuito; de hecho, es la respuesta natural a su firmeza en la lucha contra la corrupción. El presidente ha mostrado reflejos e inteligencia, y ha sido astuto en la mayoría de casos. Su experiencia política en Moquegua pesa. Veremos cómo sigue.
- Son 40 las investigaciones que Chávarry ponía en riesgo cuatro horas antes del Año Nuevo. De ellas depende el destino de cuatro expresidentes, muchos empresarios y algunos líderes muy poderosos. En los próximos días se publicarán nuevas revelaciones de Barata y compañía y se acomodará el poder en el Congreso. El 2019 promete.
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