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‘Logros de un trabajo en comunidad’, por Zoë Massey [AGENTE DE CAMBIO]

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Por Zoë MasseyFOTÓGRAFA

Cada cierto tiempo sale alguna noticia por ahí sobre cuántas hectáreas han sido deforestadas en nuestra selva. Algunas personas se indignan, reclaman y luego se pasa a la siguiente noticia. Nunca entenderé por qué la selva de nuestro país se nos hace tan ajena.

Los awajún son el segundo pueblo indígena más numeroso de la Amazonía peruana. En el Alto Mayo, San Martín, viven en 14 comunidades ya tituladas, pero sus tierras tienen mucha presión por diversos factores, en especial debido a la pobreza que enfrentan por la falta de oportunidades relacionadas con sus bosques.

Según publicación de Conservación Internacional-Perú (CI), ‘en el 2015, la comunidad nativa Alto Mayo, apenas conservaba 3.787 hectáreas de bosque primario, casi el 37% de una extensión territorial de 11.077 hectáreas. A partir de entonces, CI y la comunidad unieron el conocimiento técnico y la sabiduría ancestral en un Acuerdo de Conservación que está devolviendo la vida al paisaje y ha detenido la tala de árboles. De picos de deforestación que superaron las 972 hectáreas en el 2010, durante los dos últimos años se lograron registrar cifras mucho menores y más alentadoras. Según la plataforma Geobosques en el 2016, la deforestación anual fue de 62 hectáreas y en el 2017, poco más de 10 hectáreas. El bosque ha vuelto a crecer’.

Milagros Sandoval es la gerente sénior de Políticas Ambientales de CI-Perú y quien lidera el proyecto del acuerdo que reduce la deforestación. Ella empezó trabajando en temas relacionados a nuestros bosques el 2003 en el Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena) desde Puerto Maldonado. Y esa fue una de las experiencias profesionales más gratificantes de su vida. ‘Allí pude conocer de cerca a los actores que dependen de los bosques para vivir. Conocer a través de ellos la realidad de los bosques peruanos, en especial de la Amazonía sur, me ha servido mucho para seguir trabajando en otras regiones como Ucayali, Loreto y San Martín’.

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Hay un factor muy importante, ‘los actores que dependen de los bosques para vivir’. A veces olvidamos que no solo es una enorme e importante vegetación la que se pierde, sino un grupo de personas, ciudadanos peruanos, que van perdiendo todo mientras la deforestación avanza.

FOTO: CI – PERÚ

CI guía y acompaña las actividades de restauración ecológica, instalación de viveros, producción de plantones y el acompañamiento técnico para el cultivo de cacao. Teniendo en cuenta que el café es uno de los motores de deforestación en el Alto Mayo, también se focaliza en la mejora de la calidad y productividad del café y la articulación a mejores mercados. Este es un proceso de largo tiempo y alcance que se pactó en un acuerdo firmado en mayo pasado por toda la comunidad. Cada uno de los miembros asumió el compromiso de modificar, progresivamente, las prácticas agrícolas para poder incrementar la productividad sin dañar la selva.

¿Cómo puede un ciudadano común sumar a este acuerdo? ‘Todos podemos hacer una diferencia’, dice Milagros. ‘Por ejemplo, al comprar productos, preguntarnos de dónde vienen, quién los ha cultivado, si ha sido de manera sostenible. ¿Esos productos vienen de áreas deforestadas? En todo caso, invitamos a todos a sumarse a este esfuerzo comunicándose con nosotros’. Lo puedes hacer en www.conservation.org/peru. Hay una palabra que se repite en este aprendizaje: comunidad. Si no somos una, no solo nos deforestamos, sino que no vamos a avanzar.

Entrevista a Milagros Sandoval Gerente sénior de Políticas Ambientales de CI-Perú

¿Cuál es la relación del Estado con el pueblo awajún?

Algo muy interesante que estamos apoyando en una alianza estratégica entre las comunidades, el Ministerio del Ambiente y nuestra organización es el otorgamiento de incentivos para conservar los bosques en comunidades awajún. Lo hacemos a través de un Programa Nacional de Conservación de Bosques, que brinda incentivos con fondos públicos a comunidades según las prioridades identificadas. Esto se complementa con acuerdos de conservación que nuestra organización ha suscrito con las comunidades. El objetivo común es reducir la deforestación, promoviendo actividades productivas sostenibles que den a las comunidades oportunidades para mejorar sus medios de vida y, a la vez, conservar sus bosques.

¿Cuál es el reto más grande en esta tarea?

En un país como el nuestro, uno de los retos más grandes es aportar a fortalecer la gobernanza de nuestros pueblos indígenas, promoviendo la interculturalidad y la igualdad de oportunidades, un diálogo intercultural en el que nosotros aprendemos todas las cosas que los pueblos indígenas tienen por enseñarnos y, a la vez, apoyamos a mejorar sus capacidades, en especial en temas relacionados con gestión y administración.

¿Es la selva la región más olvidada de nuestro país?

No podría decir que una u otra región sea más olvidada que otra, pero sí creo que la Amazonía peruana tiene un gran potencial en diversos niveles: productivo, cultural, etc. Lo importante es identificar ese potencial que promueva la sostenibilidad en todas sus formas.

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