Dietas extremas, trastornos alimenticios, visitas al cirujano, gastos en prendas que solo se usan una vez, deseos de ser como aquella modelo o figura de la televisión, estereotipos y prejuicios. Una larga lista de temas que se han vuelto cotidianos en muchas mujeres que luchan por sentirse parte de la sociedad, aceptadas y queridas, mujeres que sacrifican su amor propio con tal de ser parte de un grupo o recibir un halago de la persona que las lleva de la mano.
PUBLICIDAD
En los últimos años, menos chicas están totalmente satisfechas con su cuerpo, lo juzgan al extremo, tienen una mirada autocrítica y se pierden la oportunidad de disfrutar su esencia, de redescubrirse día a día y darse cuenta de lo valiosas que son.
“Todas con las mujeres con las que conversamos, sin importar su contextura, creían que debían perder algunos kilos. Eso nos muestra que el tema de la gordura, que se transforma en gordofobia, por ejemplo, es un asunto de extrema relevancia para este tiempo en el que vivimos. Las mujeres (en la historia), de forma bastante genérica, fueron educadas a cuidar y amar al otro antes de sí mismas”, reveló a El Comercio Paula Pinto, antropóloga a cargo del estudio ‘Cuerpo Vivo’ realizado por Natura con mujeres de todo Latinoamérica.
Este arrojó que todas las mujeres cargan algún tipo de insatisfacción con sus cuerpos. “Si esta insatisfacción es muy grande, puede obstaculizar, y muchas veces impedir, que desarrollen otras potencialidades, descubran lo que les gusta y lo que no les gusta y encuentren su camino de libertad”, agregó.
Aceptarnos y amarnos es la clave
En esta sociedad, las mujeres sufrimos serios prejuicios por estar por encima del peso o por estar distanciadas de patrones de belleza culturalmente definidos. Las críticas llegan por gustar de usar los cabellos cortos, asumir las canas, no querer tener hijos, entre otros.
Pinto explica que “todo empieza por percibir que una mujer no está sola” en esta lucha y que “las críticas van en dirección a la libertad femenina y esa libertad sólo es conquistada cuando una mujer se propone a conocerse profundamente. Una mujer que sabe quién es tiene la capacidad de relacionarse con los patrones culturales de forma más libre”.
PUBLICIDAD
En cuanto al papel que los hombres juegan en la autoestima de sus parejas, amigas o compañeras, es “necesario que aprendan a mirar a una mujer sin transformarla en un objeto; aprender que un cuerpo es la expresión de un ser humano y que, por lo tanto, debe ser respetado”.
Cuerpo como herramienta de empoderamiento femenino
Los resultados del estudio ‘Cuerpo Vivo’ han hecho que la marca se proyecte lograr que las mujeres vivamos nuestro cuerpo como un todo y no por partes, fragmentado, considerando que en los últimos 10 años, la satisfacción femenina con la apariencia física ha disminuido.
“Hemos desarrollado el concepto ‘Viste tu piel, vive tu cuerpo’. Con esta propuesta hablamos de reconexión, de que las mujeres ‘vistan’ su piel con sensaciones placenteras para poder ‘vivir’ su cuerpo con plenitud y qué mejor manera que a través del tacto, de la sensorialidad, de conocer cada centímetro de su piel. En este contexto, hemos presentado Tododia Flor de Lis, una línea de productos con texturas livianas que invita a vivir una relación más fluida con el cuerpo”, contó Renzo Ibañez, Gerente de Asuntos Corporativos de Natura.
La búsqueda de la belleza genuina, la belleza que todas llevamos dentro, es un proceso que para muchas puede ser complicado, pero que es tan sencillo como empezar cuidándonos a nosotras mismas, dejar de cuestionar lo que vemos en el espejo y teniendo una relación íntima y respetuosa con uno mismo. Al final eso es amor propio.