Dr. Antoni Iruela
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Médico de familia Atenció Primària Vallcarca-Sant Gervasi y Director del Máster en Gestión de la Atención Primaria de OBS Business School
En este breve artículo voy a intentar explicar los principales conocimientos útiles para la población general sobre el virus SARS-CoV-2 causante de la enfermedad COVID-19. Y lo haré desde mi visión de un médico de familia que visita cada día en una consulta de atención primaria de Barcelona.
Un primer concepto que me gustaría compartir es el de la globalización. Por un lado, mucho se ha escrito acerca de sus ventajas e inconvenientes en muchos campos, pues bien, en lo que respecta a este coronavirus, ha puesto en evidencia que vivimos en un mundo global, que no es posible levantar fronteras sanitarias, ya que la movilidad general en el planeta nos hace a todos tributarios de poder ser afectados y por eso ahora la situación es de pandemia global, como declaró la OMS. Por otro lado, la globalización está haciendo, creo que como nunca hasta ahora, que el conocimiento científico se comparta en tiempo real y así los avances en la genética del virus, nuevos tratamientos, las bases de la vacuna sean compartidos por investigadores de todo el mundo, lo que hace que debamos tener la esperanza de que pronto (quizás un año) podamos disponer de una vacuna eficaz en contra del virus SARS-CoV-2.
Pero, ¿cómo se inicia la infección? Cuando el virus SARS-CoV-2 llega a nuestra nariz o boca y penetra en nuestras células por unos receptores llamados ACE2 en la mucosa. Como se ha descrito muy gráficamente, el virus es como una fotocopiadora de sí mismo, ya que pone todas las células de nuestro organismo a este egoísta fin.
Durante la primera semana la persona infectada puede tener o no síntomas, siendo los más frecuentes: fiebre, dolor de garganta, tos seca, cefalea, dolor muscular y pérdida del olfato o del gusto. Cuando nuestro sistema inmunitario (defensa contra las infecciones) funciona correctamente, la infección suele ser leve, lo que ocurre en un 81 % de los casos.
En un 14 % de los casos el virus alcanza los pulmones y entramos en lo que se llama la fase inflamatoria de la enfermedad. Se desarrolla una pulmonía, cuyos síntomas habituales son afectación del estado general, tos, fiebre elevada y dificultad respiratoria. A partir de aquí, la situación puede mejorar con el tratamiento adecuado, pero en un 5 % de los casos la situación es más grave con aparición de complicaciones que, desgraciadamente, pueden acabar con la muerte del paciente.
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Otro concepto que me gustaría compartir con los lectores es el de humildad, en mis 30 años de práctica médica nunca había tenido que revisar tanto mis recomendaciones y consejos a mis pacientes en base a la evidencia y los nuevos protocolos disponibles, lo que ha hecho que, a veces, nuestros mensajes no hayan sido claros y, a veces, contradictorios.
Uno de los puntos que más nos piden nuestros pacientes es que les hagamos las pruebas adecuadas para saber si tienen la infección por el SARS-CoV-2. En el momento que escribo este artículo la atención primaria de España no dispone de forma generalizada de los tests adecuados para diagnosticar esta infección. Esto ocasiona graves distorsiones y malestar entre médicos y pacientes. Esperemos que esta situación se solucione en breve.
Si esto es así, cuando un paciente en el contexto epidemiológico actual presente algunos de los síntomas que hemos explicado, el médico podrá indicar la práctica de un frotis nasal y faríngeo y la realización de las PCR que indica con gran fiabilidad la presencia no del virus y, por tanto, la causa de la infección. Este aspecto será clave para el manejo adecuado de la infección tanto a nivel individual como sobre todo a nivel comunitario, pudiendo indicar con mayor precisión y conocimiento las medidas de vigilancia epidemiológica y de salud pública adecuadas.
Como saben los lectores, un paciente con la infección de este virus debe someterse a aislamiento domiciliario de unos 14 días, ya que el virus es tremendamente contagioso.
Para saber si hemos superado la infección por el virus, existen lo que llamamos las pruebas serológicas. En una muestra de sangre se detecta la presencia de anticuerpos. Si hay presencia de IgM la infección es aguda y cuando se detectan IgG suele querer decir que hemos pasado la infección. Todavía hay incertidumbre en algunos aspectos como cuál es el nivel de anticuerpos protectores requerido y si existe la posibilidad de poderse reinfectar por el virus.
Ahora que parece que las UCIS de nuestros hospitales están volviendo a una cierta normalidad y que el número de casos va claramente a la baja, podemos correr el riesgo de relajarnos. Medidas de higiene y de «etiqueta de tos» como el lavado de manos, utilización de gel hidroalcohólico, distancia social, uso adecuado de mascarillas quirúrgicas, cubrir boca y nariz al toser o estornudar con el codo y utilizar pañuelos de papel desechables deberán formar parte de nuestra nueva cotidianeidad.
Se ha comentado que con la llegada del calor del verano la trasmisión del virus disminuirá, ojalá sea así, pero todavía no hay suficiente evidencia al respecto, por lo que, en todo caso, no debemos confiarnos y deberíamos seguir en todo momento las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
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