Diversas acciones diarias, tales como viajar en metro, pagar en línea las cuentas de servicios públicos o simplemente caminar, harán ganar a los usuarios puntos de «energía verde», y una vez que alcancen cierto número será plantado un árbol de verdad.
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Muchos internautas chinos han sembrado árboles a través de la popular actividad Alipay Ant Forest, que fue lanzada por Alipay, una importante plataforma de pagos móviles en China, y por el Grupo de Servicios Financieros Ant, que promueve estilos de vida más ecológicos inspirando a los usuarios a reducir las emisiones de carbono en sus vidas diarias.
La semana pasada, Ant Forest ganó el premio Campeones de la Tierra 2019 por convertir las buenas acciones verdes de 500 millones de personas en árboles reales plantados en algunas de las regiones más áridas de China, dice un comunicado de ONU Medio Ambiente.
Desde su lanzamiento en agosto de 2016, Ant Forest y sus socios de organizaciones no gubernamentales han plantado alrededor de 122 millones de árboles en las áreas más secas de China, que incluyen a regiones en Mongolia Interior, Gansu, Qinghai y Shanxi.
Esta es una de las formas en que se lleva a cabo el relevo de plantación de árboles, aunque ha sido lento ha sido significativo, y en realidad empezó hace décadas y se ha convertido en milagros verdes.
En la provincia de Hebei, norte de China, uno de esos milagros verdes se logró gracias a generaciones de esfuerzos persistentes.
Saihanba, a unos 400 kilómetros al norte de Beijing, prácticamente quedó convertida en un erial en la década de 1950. Para transformar esa realidad, cientos de personas empezaron a plantar árboles en 1962.
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Plantar árboles fue difícil en Saihanba, donde el invierno podría durar siete meses y las temperaturas podrían descender a menos 43 grados. Los árboles tenían que sobrevivir a sequías, heladas y plagas.
A lo largo de los años pasados, tres generaciones de entusiastas de la ecología de Saihanba han logrado convertir la tierra alguna vez árida en un vasto bosque que cubre cerca de 93.000 hectáreas.
Saihanba se ha convertido en un importante escudo ecológico para Beijing y Tianjin, críticamente importante para la calidad del agua y del aire del área Beijing-Tianjin.
En 2017, la comunidad de reforestación de Saihanba también ganó el premio Campeones de la Tierra de la ONU por su destacada contribución a la recuperación de paisajes degradados.
En las décadas pasadas, China ha dedicado enormes esfuerzos al desarrollo ecológico, incluyendo la adopción de la primera ley del mundo para enfrentar la desertificación, el retorno de tierra de cultivo a las praderas y una prohibición a la tala de bosques naturales.
En la década de 1980, China consagró la protección ambiental como una política nacional fundamental. La estrategia de desarrollo sostenible fue formulada y puesta en práctica en la década de 1990. Desde el 2012, el desarrollo de la civilización ecológica ha ganado un mayor impulso.
China ha prometido incrementar su cobertura boscosa a 23,04 % para 2020, y a 26 % para 2035.
China, uno de los primeros países en firmar el Acuerdo de París sobre cambio climático, ha prometido detener el incremento en las emisiones de dióxido de carbono para alrededor del 2030.
Un estudio basado en datos de satélites de la NASA mostró en febrero que China había contribuido con al menos una cuarta parte del incremento en el área global de hojas verdes desde principios de la década de 2000.
Fuente Xinhua
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