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San Pedro Sula. Cerca de mil ciudadanos de Honduras partieron entre la noche del martes y el alba de este miércoles hacia Estados Unidos tras haber sido convocados por redes sociales para integrar una nueva caravana de migrantes desde San Pedro Sula.
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Cientos de personas, según estimaciones de la policía, se reunieron desde la tarde del martes en la central metroplitana de transporte de la segunda ciudad de Honduras, situada 180 kilómetros al norte de la capital.
A altas horas de la noche del martes, la mayor parte del grupo abordó microbuses, algunos pagando 12 dólares hasta Agua Caliente, en la frontera entre Honduras y Guatemala, otros 51 dólares hasta Tecún Umán, entre Guatemala y México.
Los restantes, unos 300, partieron caminando este miércoles por la orilla de la carretera hacia Agua Caliente, donde se paraban vehículos particulares o buses locales para llegar hasta la frontera.
La caravana, convocada a través de redes sociales, sorprendió a las autoridades que, junto a algunos expertos, esperaban que la nueva convocatoria fuera ignorada por los migrantes, como había ocurrido varias veces desde febrero.
— “Estamos fregados” —
Alexis Pérez, de 27 años, integra la caravana y se queja: “Estamos fregados con este Gobierno, no hay empleo”.
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Desde el 13 de octubre, cuando salió la primera caravana con unas dos mil personas, han partido al menos otras tres con ciudadanos que huyen del desempleo, la falta de oportunidades y del terror que siembran las pandillas y los narcotraficantes en los barrios.
La avalancha humana a la que se sumaron salvadoreños, guatemaltecos y mexicanos ha irritado al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien incluso desplazó agentes militares para bloquearles el paso en la frontera sur con México.
El nuevo movimiento migratorio, que incluye varias familias con niños, se produce en momentos en los que Trump busca endurecer la política migratoria, con el número de detenciones de migrantes indocumentados en fuerte alza en la frontera con México.
El pasado fin de semana, la secretaria de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos, Kirstjen Nielsen, encargada del tema fronterizo, renunció en medio de las tensiones con el mandatario.
Trump viajó el viernes con Nielsen a la frontera con México, donde busca que se construya un muro que se extienda por los tres mil kilómetros limítrofes. Allí aseguró que Estados Unidos “está lleno” y no puede recibir a los migrantes.
El presidente se queja habitualmente de la liberalidad de las leyes de su país en materia de inmigración y batalla en el congreso para financiar la construcción del muro, una de sus principales promesas de campaña en 2016.
Ni los militares ni las cercas de alambre de púas disuadieron a los hondureños de emigrar, a razón de unos 300 por día por la frontera con Guatemala, además de otros grupos minoritarios que van en autobuses, según expertos.
“Todos las noches salen hasta seis buses llenos [de migrantes] hacia la frontera. Van de 30 a 50 pasajeros” en cada uno, dijo a la AFP Franklin Paz, de 28 años, despachador de la empresa de transporte Congolón, que vendía los boletos.
— Migración y deportaciones —
Así como salen grandes cantidades de hondureños, llegan deportados.
“A mí me deportaron, me agarraron en Houston (Texas) y me llevaron a El Paso de donde me deportaron”, contó Roger Quintanilla, de 18 años. Unos 300 llegaron al aeropuerto de San Pedro Sula, encadenados de pies, cintura y manos, relató.
“Aquí no se puede vivir, querían que me metiera a la mara [pandilla] Barrio 18” en la colonia Rivera Hernández, de San Pedro Sula, se quejó Quintanilla.
El gobierno indicó en un comunicado que el martes llegó un vuelo desde San Antonio, Texas, a San Pedro Sula, con las primeras 12 familias deportadas del año, con 25 personas, 12 adultos y 13 menores.
“Me engañaron, todo el mundo decía que la pasada para Estados Unidos con niño era fácil, pero no. Ahorita ya cambió la ley, es mentira, no dan asilo por ir con niños”, dijo Santiago Reyes, uno de los deportados, que llegó junto a su hijo de siete años.
Según la cancillería de Honduras, cada día reciben dos vuelos de retornados y hasta 16 autobuses con unas 750 personas procedentes de México. Hasta el 31 de marzo había retornado 19.605.
Fuente: AFP