Estilo de Vida

¿Cómo desarrollar el desapego emocional al ordenar nuestros espacios?

Cris Vaca
Cris Vaca Foto: Cortesía

¡Hola! Estoy otra vez por aquí para hablarles sobre un tema muy importante al momento de ordenar nuestros espacios: el desapego emocional. Este concepto se refiere a la capacidad que tenemos las personas para desprendernos de prendas u objetos que tienen un significado sentimental o representan un recuerdo importante de nuestras vidas.

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Tomemos en cuenta que los espacios no son infinitos, tienen una capacidad que no debe estar llena más allá del 80%, lo que nos permite tomar conciencia de lo que tenemos y nos da la facilidad para poner y sacar los objetos o prendas, usarlos, reacomodarlos y ordenarlos para que sea un espacio funcional y estético.

Una vez que tomamos la decisión, el descarte es un paso esencial y la clave en el momento de organizar y ordenar un espacio, lo que significa desprendernos de todo aquello que ya no usamos y liberamos espacio para ubicar lo que realmente necesitamos. Cuando descartamos tenemos un abanico de posibilidades de lo que podemos hacer con esas cosas que nos estamos desprendiendo: regalar a alguien que lo quiera y lo necesite; vender lo que está en buen estado, lo que nos puede incluso generar un ingreso extra de dinero; donar a una institución social o de beneficencia; y, por último, deshacerse (reciclar) de lo que se encuentra inservible.

Cuando realizo mi trabajo de servicio de orden es común encontrarme con espacios caóticos debido a que están completamente abarrotados, pero al empezar a sacar y clasificar las prendas u objetos es importante que el dueño tome la decisión de qué se queda y qué sale. La primera pregunta que debemos hacernos es: ¿Lo uso? Si la respuesta es no, ese objeto debe descartarse. Hay quienes recomiendan que una prenda que no se usó durante el último año, debe salir de ese espacio.

Sin embargo, muchas veces no nos resulta tan fácil desprendernos de las cosas porque tenemos una vinculación afectiva, emocional y simbólica que nos lleva a pensar que al deshacernos de los objetos estamos desprendiéndonos de los recuerdos asociados a ellos. Quienes acumulan recuerdos viven del pasado. Por ello es importante tener conciencia y entender que las emociones están en la mente y no en los objetos. No es necesario que el objeto esté presente para que el recuerdo viva en nuestra mente.

Si vivimos rodeados de cosas viejas, inservibles, que no usamos y que solo ocupan un espacio físico, no podemos liberar espacio para que cosas nuevas y mejores lleguen a nuestras vidas. Cuando mueren los apegos nos sentimos más libres, mucho más livianos.

Pueden existir cosas que tienen que ver con tu esencia y deseas conservarlas: recuerdos importantes relacionados con tu niñez o la de tus hijos, cartas, fotografías, colecciones u objetos que te recuerden a alguna persona especial. Selecciona unas pocas, guárdalas y colócalas en un sitio accesible. Seleccionar no significa quedarse con todo, tu casa no debe convertirse en el baúl de los recuerdos. Esto dependerá de tu decisión y del espacio que tengas disponible en tu casa.

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Los “por si acaso” son los peores enemigos del orden y los mejores aliados del acumulamiento. Comienza a descartar y lo que en un principio te parecía complicado se te irá haciendo más fácil y podrás disfrutar de la nueva energía que surge cuando se despejan los ambientes.

Es importante ser gratos. Al desprenderte de un objeto o prenda, agradece por el tiempo que te acompañó, te sirvió y por las experiencias que te brindó. Dar un beso o dar las gracias en silencio. Usa el ritual que más te funcione.

A continuación, te voy a dar algunos ejemplos de las cosas que deben salir de tu casa: objetos rotos o que no utilizas; ropa y zapatos que no son de tu agrado, no los usas o están en mal estado; facturas, notas de venta, cartas y revistas antiguas, objetos huérfanos (por ejemplo, una taza sin su plato, copas o vasos sueltos); juguetes rotos, que no funcionan o no se usan; plantas muertas; artículos promocionales; y, cualquier tipo de cachivaches que llaman al pasado.

Quédate solo con lo que usas y necesitas. Ten en cuenta que, cuando ponemos en práctica el desapego emocional de los objetos obtenemos muchos beneficios relacionados con la salud, la creatividad, el buen humor, la capacidad de razonamiento y mejora ostensiblemente las relaciones con los otros miembros de nuestro hogar.

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