Era un sábado a las 5 de la mañana cuando Amanda Tanner y su esposo fueron repentinamente despertados por su perro, Axel, un border collie de un año que habían rescatado. Axel saltó sobre su cama, haciendo todo lo posible para que se levantaran. Parecía que tenía un mensaje importante que transmitir. Incluso cuando la pareja estaba somnolienta y lenta para reaccionar, Axel siguió insistiendo, llamando su atención.
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Finalmente, el esposo de Amanda bajó las escaleras y abrió la puerta corrediza para dejar salir al perro. Sin embargo, Axel no lo siguió. En cambio, se detuvo frente a la puerta cerrada del dormitorio de su hijo de 17 años, Gabriel, y se negó a moverse. Sus padres aún no sabían que, dentro de ese dormitorio, su saludable y atlético hijo estaba sufriendo un ataque cerebral.
Axel, un héroe de 4 patas
Gabriel, quien aparentaba ser un adolescente en buena salud, estaba experimentando un episodio potencialmente mortal. Sus padres pasaron de tomar fotos de graduación unas horas antes a llevar apresuradamente a su hijo a la sala de emergencias la mañana siguiente. La rápida acción de Axel marcó una diferencia crucial en lo sucedido.
El Dr. Sabih Effendi, neurólogo y director médico de accidentes cerebrovasculares en el Memorial Hermann The Woodlands Medical Center, quien trató al joven enfatizó que la detección temprana y la rápida respuesta fueron fundamentales. De lo contrario, la lesión cerebral habría sido aún más grave.
Aunque los ataques cerebrales son más comunes en personas mayores, pueden afectar a jóvenes como Gabriel. En su caso, el ataque se debió a una disección en una arteria que suministra sangre al cerebro, un fenómeno inusual en personas menores de 30 años.
Este perro demostró ser verdaderamente “el mejor amigo del hombre”
Gabriel recibió tratamiento con anticoagulantes, esenciales para restablecer el flujo sanguíneo. Los pacientes también reciben fluidos intravenosos para aumentar el volumen sanguíneo y mejorar el flujo sanguíneo al cerebro. La ruptura arterial generalmente se cura por sí sola.
Menos de dos meses después del ataque cerebral, Gabriel ha experimentado un “asombroso” progreso, según el Dr. Effendi. El acto heroico de Axel demostró la profunda conexión entre los perros y sus familias humanas. Su aguda intuición y su persistencia salvaron la vida de Gabriel y subrayaron la importancia de prestar atención a las señales inusuales que los amigos peludos pueden ofrecer.