Una conversación entre un jefe y su empleada camarera del sector hotelero es viral por cómo el empleador le dice a l trabajador que siga laborando, pese a estar lesionado de un pie.
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El chat de Whatsapp lo publicó la cuenta @soycamarero en la red social X (antes Twitter). La publicación tiene miles de vistas y comentarios que expresan lo incomprensible de la actitud del jefe.
En la conversación viral, el camarero dice a su empleador que le duele mucho el pie y que no puede caminar. El hombre le contesta que: “Haz la mañana y luego te vas al médico. Y no hagas la tarde. Ahora no hay a quien mandar. En la rotonda no hay que moverse apenas”.
A pesar de que el trabajador le insistió en que tenía afectado el tobillo y de que le envió una foto que mostraba la hinchazón en el pie, el sujeto le siguió respondiendo sin ningún tipo de empatía y le reclamó que ya lo ha hecho varias.
“Ya has hecho unas cuantas este año”, le expuso y le exigió confirmación de su asistencia. Después, lo llamó ocho veces.
El camarero expuso su caso en las redes, aconsejando a la gente a no sacrificar su salud por el trabajo, ya que el estado de su pie, fue debido al exceso laboral.
“Tenía un desgarro cerca del tendón de Aquiles que al final se acabó extendiendo ¿La razón? 16 horas al día dos turnos completos pensad siempre en vuestra salud”, manifestó.
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Reacciones
Por supuesto, los usuarios de la red social X expresaron su repudio a la actitud del jefe de esta historia. Muchas personas aprovecharon esta publicación, para testificar con sus propios casos, entre ellas, una niñera, quien también se excusó con su jefa porque no podía ir a laborar por un esguince. Le pidieron que entregara las llaves de la casa y le enviaron el pago incompleto que le correspondía.
Otra persona contó que “me quemé trabajando, una olla se me cayó encima. No sólo no me llevó al médico, sino que cuando mi pareja vino a buscarme le dijo Literal: ‘Para lo que le queda, que acabe’. Pasó a las 21 y me fui a las 00. A la semana me estaba pidiendo que me cogiera el alta voluntaria”.
“Me rompí la muñeca y como trabajaba en una panadería con cafetería me dijeron que podía servir las barras de pan con la otra mano”, contó alguien más.