Fisiológicamente, la diarrea es un mecanismo defensivo del propio intestino que detecta algún elemento potencialmente peligroso e intenta, a través de un torrente de agua, expulsarlo lo antes posible, para protegerse y que este elemento perjudicial no sea absorbido.
PUBLICIDAD
Esa es la razón por la cual, de no ser que sea estrictamente necesario, no conviene tomar ningún medicamento que detenga la diarrea porque, en ese caso, se habrá eliminado el síntoma, pero no la causa que lo provoca e, incluso, esa toxina o elemento dañino que está produciendo la diarrea, permanecerá más tiempo en el interior del organismo.
Te puede interesar: Venderán carne de pollo elaborada con células cultivadas
Por eso, es muy importante cuidar la alimentación durante el proceso diarreico y además evitar la deshidratación que, en diarreas importantes, puede producirse en horas, debido a las grandes pérdidas de agua y electrolitos. Ante un proceso así es recomendable no consumir alimentos ricos en fibra, ya que el intestino está sentido y pasando un proceso de irritación; evitar comidas muy especiadas, ya que irritan el estómago e intestino y evadir las comidas con azúcar, ya que agravan el propio proceso.
También es conveniente no consumir los lácteos porque exacerban la diarrea. Asimismo, no se deben ingerir grandes cantidades de alimentos, ya que se toleran mal, ni las comidas rápidas, que necesitan más trabajo de digestión.
Es esencial buscar opciones sencillas, con poca preparación como sopas de vegetales licuados que son ricos en potasio, frutas, pollo desmenuzado. El arroz es un buen aliado en estos procesos, es rico en glutamina y puede ayudar a la recuperación de las vellosidades intestinales, tiene mucha agua producto de su preparación y si le pones sal, puedes reponer las pérdidas de sodio.
Quizás en algunos casos la diarrea es tanta y lo más conveniente es que el paciente acuda a un médico especialista, quien posiblemente lo remita a hacer exámenes de coprocultivo para indicar el tratamiento adecuado.