En la cocina suele pasar que cambiamos la esponja de lavar los platos cuando ya se encuentra muy desgastada. No basta sumergirla siempre en jabón antibacterial ya que igualmente albergará una gran cantidad de gérmenes en su interior que pudieran afectar la salud y por eso es muy importante cambiarla con frecuencia.
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La cocina es uno de los lugares que requiere una atención especial en cuanto a higiene ya que allí almacenamos y preparamos los alimentos consumidos a diario. También es el espacio que más bacterias puede tener, específicamente los desagües y en segundo lugar se ubican las esponjas, según una investigación de la Universidad de Furtwangen y Justus Liebig University Giessen de Alemania.
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El análisis arrojó que luego de una minuciosa inspección a 14 esponjas con diferentes tipos de uso, se encontraron varias bacterias desencadenantes de enfermedades, especialmente en personas son sistemas inmunológicos frágiles, como la Salmonella, Staphylococcus, Campylobacter, Enterobacter cloacae, Escherichia coli y Moraxella osloensis.
Muchos, para alargar la vida útil de la esponja, la lavan con químicos, incluso la hierven, pensando que eliminarían los gérmenes, pero sucede todo lo contrario. Estarían multiplicando los microorganismos con mayor celeridad, señala la revista Scientific Reports. Si percibes un mal olor en ella después de usarla varios días, estás en presencia de la Moraxella olsoensi, responsable de causar esa fetidez.
Si no se presta la debida atención a esta señal, se pudiera seguir esparciendo estos gérmenes por toda la cocina, los platos y hasta las comidas, aumentando el riego de contraer graves infecciones.
¿Cada cuánto tiempo debo cambiar la esponja de los platos?
La investigación científica menciona que lo ideal es cambiar la esponja de manera regular. “Sugerimos un reemplazo regular (y fácilmente asequible) de las esponjas de cocina, por ejemplo, semanalmente”, indica el análisis.
